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Mientras que los protagonistas de la industria turística mexicana contienen la respiración luego de la inauguración del mandato de Donald Trump, la Organización Mundial de Turismo (OMT) ha dado a conocer los resultados preliminares de la actividad turística en 2016. No deja de ser una sorpresa que a pesar de la complejidad del escenario internacional, el turismo sigue resistiendo la adversidad, pues se reporta un aumento en las corrientes turísticas mundiales de un 3.9%, para alcanzar un total de mil 235 millones de viajes —sin contar el turismo doméstico—, lo que supuso 46 millones adicionales de llegadas de turistas; un elemento a destacar en este comportamiento, es la acumulación de un séptimo año consecutivo de crecimiento sólido, lo que no ocurría desde la década de los sesenta.
Una visión regional muestra que Asia Pacífico —que registra la cuarta parte de los viajes internacionales en el mundo— encabeza la buena dinámica mundial con una tasa notable de un 8.4%, seguida de África (8.1%), América (4.3%) y Europa —que absorbe la mitad del turismo mundial— que reporta un ritmo menor (2%).
Estos buenos resultados amplifican el destacado momento del turismo mexicano. Con la información disponible actualmente, es posible anticipar que las llegadas de turistas internacionales alcancen un crecimiento de 9% en 2016 y las de los turistas no fronterizos, que explican más de 85% de los ingresos, habrían cerrado el año con un aumento en torno a 12%. Es decir, se observan ritmos que duplican y triplican, respectivamente, la media mundial de viajes.
Por el momento, las perspectivas de corto plazo siguen siendo buenas. La OMT estima un incremento en las llegadas de turistas internacionales de entre 3 y 4% para este 2017 —alineado con la estimación de mediano plazo que es de 3.8% para 2020—, en tanto que el modelo de pronóstico de la Universidad Anáhuac prevé un aumento en los turistas internacionales hacia México de un 7%, que si bien refleja una ligera desaceleración sigue siendo, francamente, muy positivo.
Dicho todo lo anterior, el nerviosismo de la industria se palpa a flor de piel. El inicio de la era Trump parece que, en principio, impulsará la economía y propiciará un aumento en el ingreso disponible de los consumidores estadounidenses, lo que debería representar el mantenimiento de la tendencia creciente de viajes al exterior, capitalizable por México como el principal destino de viaje de los norteamericanos y con una importante ventaja por el diferencial cambiario que representa una magnífica relación precio-valor. No obstante, la industria es vulnerable y hechos como los ocurridos la semana pasada en destinos turísticos de Quintana Roo, tienen el potencial para producir una crisis producto de la pérdida de confianza del mercado. A todo ello debería sumarse la posibilidad no descartable del populismo que puede asomarse por la vía formal con Travel Warnings magnificados en los medios o, simplemente, a golpe de tuit.
El presidente Obama hizo una inusual articulación de política turística creando una agencia gubernamental —Brand USA— para la promoción exterior de Estados Unidos, facilitando los procesos de visados y estableciendo un plan para alcanzar los 100 millones de turistas en 2021 —en 2016 habrían llegado a un poco más de 75 millones—. En total entre 2009 y 2016 el crecimiento turístico en Estados Unidos fue de 40%.
Es poco lo que puede agregarse por el momento y será muy interesante ver como un Presidente, con un antecedente personal en la industria turística, va acomodando sus fichas para impulsar el turismo hacia su país… o para desincentivar los viajes de sus ciudadanos al exterior.
A final de cuentas, y como sucede con muchas facetas de la relación bilateral, el turismo entre México y Estados Unidos está íntimamente entrelazado. El principal origen de viajes para nuestro país es estadounidense y de acuerdo con los datos de Brand USA, México supone un mercado turístico de 17.5 miles de millones de dólares. No es una consideración menor recordar que Estados Unidos es también nuestro principal competidor.
Director de la Facultad de Turismo y Gastronomía, Universidad Anáhuac México.
Twitter: @fcomadrid
