Jamás he trabajado con Valtierra, nunca coincidimos en ninguna redacción, no recuerdo una cobertura juntos y jamás me ha dado un solo consejo; así es, no puedo presumir ni siquiera de ser su amigo. Sin embargo, ahora que cumple 60 años no puedo dejar pasar este aniversario sin felicitarlo y decirle públicamente lo que le respeto y lo que yo en lo personal le he aprendido en los últimos 30 años, desde que le llevé mis primeras fotos del terremoto al diario La Jornada, cuando yo tenía apenas 17 años.

Como saben, Pedro Valtierra nació en Zacatecas, allá por 1955. Empezó como auxiliar de laboratorio en 1973 y dos años más tarde ya era fotógrafo de Presidencia. Su primer diario fue El Sol de México y en 1978 se incorporó al mítico unomásuno de Becerra Acosta.

Fue justo en 1979 que vi por primera vez sus imágenes de la guerrilla en Nicaragua y desde ahí quise saberlo todo sobre fotoperiodismo y las coberturas de conflicto social, guerras o desastres. Pedro fue mi primer inspiración arrancando los 80 sin haber cruzado una palabra con él. 

En 1984 armó la Agencia Imagenlatina junto con Marco Antonio Cruz y Andrés Garay, de quienes se separaría más tarde para crear en 1986 la agencia Cuartoscuro.

Fue fundador y jefe de fotografía del diario La Jornada, de 1984 hasta 1986. En 1990 dirigió la revista Mira, de Miguel Ángel Granados Chapa hasta 1991 o 92, que fue cuando yo lo relevé a invitación de Granados porque Valtierra dejó dicho semanario. 

En 1993, Pedro arrancó la primera edición de la revista Cuartoscuro. Tiene un archivo envidiable y un ojo natural para atrapar ciertos detalles, es un fotoperiodista completo. Luchó por espacios y salarios dignos para los fotógrafos varias décadas atrás. 

Sin duda, Pedro es hoy el más valioso e importante fotoperiodista vivo entre nosotros, pero sobre todo, uno de los pocos que supo transitar del trabajo cotidiano en la prensa diaria para generar sus propios proyectos y sobre todo saber consolidarlos. 

Obvio que Valtierra no estuvo ni está exento de haber cometido errores o descuidos a lo largo de su carrera; me cuentan quienes trabajaron directamente bajo su mando, que tenía un carácter terrible y era muy duro con sus colegas; pero a la luz de sus logros, son datos insignificantes y habituales en la condición humana. Nadie somos perfectos ni podríamos serlo ni jamás lo seremos. 

Pedro Valtierra ya hizo historia y su huella va más allá de su propia mirada, su agencia es referencia obligada en México a nivel información-visual y es un semillero de fotógrafos emergentes permanente. 

Alguien me dijo alguna vez que para ser fotoperiodista se necesitaba no sólo un buen ojo y olfato periodístico, sino, adicionalmente, una resistencia física y mental como la de Rocky Balboa y Pedro la tiene. 

Aquí y ahora que Valtierra cumple 60, lo abrazo desde Bucareli 8 y le deseo muchos años más de vida y trabajo profesional. Felicidades. 

@MxUlysses

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