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Han transcurrido 28 días desde la tragedia ocurrida en el llamado Paso Exprés de Cuernavaca. Casi un mes y nadie aún responde por ello.
Juan Mena López y Juan Mena Romero cayeron con su automóvil en un enorme socavón que se abrió repentinamente en una autopista recién inaugurada por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del gobierno federal. Allí les encontró la muerte después de más de 9 horas de infructuoso rescate. Nadie aún responde por ello.
Durante meses los ejecutivos de las empresas constructoras —Aldesa y Epccor— y los funcionarios de los gobiernos federal y estatal, recibieron decenas de llamados y advertencias formales de vecinos, gobiernos municipales y organismos locales como la Comisión Estatal del Agua de Morelos (Ceagua) sobre los peligros que entrañaba la construcción del Paso Exprés en el punto en el que colapsó, entre otros; pero nunca hubo una respuesta que resolviera los inminentes riesgos. Hasta ahora, nadie aún responde por ello.
La Auditoría Superior de la Federación, que realizó una visita en octubre pasado, alertó públicamente sobre las insuficiencias operativas de la obra, sobre el uso insuficiente y deficiente de los materiales en su construcción, sobre violaciones normativas en la obra y sobre posibles daños al tesoro público por más de 270 millones de pesos. Pero nadie ha respondido por ello.
En estos 28 días sólo se han escuchado excusas, dilaciones y promesas de cómo “arreglar” el problema de la autopista por parte del secretario Gerardo Ruiz Esparza y del presidente Enrique Peña Nieto. Ambos prometieron un dictamen sobre lo ocurrido en 15 días; plazo que no cumplieron.
Ahora se espera el dictamen que entregará el Colegio de Ingenieros Civiles de Morelos para este viernes 11 de agosto, a un mes de la tragedia; mientras que la Comisión Permanente del Congreso invitó a Gerardo Ruiz Esparza y al gobernador Graco Ramírez a una reunión de trabajo —en alguna fecha de aquí al 23 de agosto— para que informen sobre los hechos ocurridos el 12 de julio pasado. Mientras tanto, y sin ninguna prisa, nadie es responsable de nada.
Estos 28 días transcurridos revelan el estado de la aplicación de la ley en México. De los mil y un caminos que existen a disposición de quienes detentan el poder para aplastar cualquier acusación que lastime sus intereses o la de sus aliados. Incluso cuando hay vidas de por medio.
Ése el gran tema de México y de su aletargada economía. Un poder sin contrapesos reales; un estado de derecho inválido, incapaz aún de acotar al rey y a sus súbditos. Una economía que en éste y en muchos otros casos —ahí está el caso, sin respuesta, de los 49 niños muertos en el incendio de la guardería ABC el 5 de junio de 2009; o el caso aún incierto de Obedrecht-Pemex para mencionar uno reciente— sólo confirma la desconfianza en sus reglas, en sus licitaciones, en la aplicación de la ley para las grandes inversiones que sí observan códigos de ética y de transparencia.
A 28 días de la tragedia anunciada, nadie respondió. Ésa es la cruda realidad y la verdadera tragedia mexicana ante el mundo.
Devaluación provocada. Luis Foncerrada ha insistido recientemente en que la devaluación de nuestra moneda —de 13 a 19 pesos por dólar— que se dio entre 2014 y los días previos a la elección de Donald Trump en noviembre de 2016, se debió al fuerte incremento de la deuda pública. O dicho de otro modo, fue la política fiscal implementada por el ex secretario y ahora canciller, Luis Videgaray, el causante de una devaluación del peso tan severa que desembocó en una inflación que le ha pegado al ingreso de millones de mexicanos. El economista en jefe del Consejo Coordinador Empresarial no ha dejado de señalar últimamente que el incremento de 60% en la deuda pública —y que estima superará 70% para finales de sexenio— revela el deterioro de los fundamentales de la economía, a contracorriente de lo que se ha pregonado desde la secretaría de Hacienda. La explicación oficial de que el grueso de la devaluación del peso fue causada por factores externos, pierde fuerza…y con razón.Tasa estable. La gran mayoría de analistas ya ven a la tasa de interés objetivo de 7% como el techo para este año, una vez que sus pronósticos sobre la inflación para finales de año apenas rebasan ligeramente 6%. La variable clave en todo esto son sus expectativas sobre una paridad cambiaria de 18.36 pesos por dólar para diciembre según la encuesta CitiBanamex. Veremos.
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