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La banca ha sido un muy buen negocio en México. Y lo está haciendo particularmente en este sexenio del presidente Enrique Peña Nieto.
En la última década, entre junio de 2007 y junio de este año, las ganancias bancarias más que se duplicaron al incrementarse 123% en términos nominales. Realmente pocos sectores del país pueden presumir resultados como éstos.
Al primer semestre de 2007, los 38 bancos que operaban en México reportaron ganancias netas acumuladas en aquel año por 30 mil 361 millones de pesos, mientras que al terminar el primer semestre de este año, los 48 bancos en operación reportaron ganancias netas acumuladas por 67 mil 682 millones de pesos.
El fuerte incremento en las ganancias no tiene que ver con el número de bancos que operan en el país y la razón es la alta concentración del negocio bancario en apenas siete bancos que hoy en día suman 82% de las ganancias totales del sector.
Así que si tomamos las ganancias netas que obtuvieron los siete mayores bancos que operaban en México en 2007 y los comparamos con los actuales siete mayores bancos —que son los mismos en la última década: Bancomer, Santander, Banamex, Banorte, HSBC, Scotiabank e Inbursa— se observa que también crecieron por encima de 100%.
Así que el negocio bancario viene produciendo utilidades a un ritmo de crecimiento envidiable por un buen tiempo. Pero este ritmo se ha acelerado en los últimos años, particularmente en lo que llevamos de este sexenio.
Más aún, todo apunta a que veremos un crecimiento espectacular en las utilidades bancarias en este año y sólo comparable con las ganancias extraordinarias que alcanzaron los banqueros en 2013 cuando las utilidades netas crecieron 20% en sólo un año.
En 2017 se podría repetir esa dulce historia para los banqueros, particularmente para los mayores bancos. Ya el crecimiento de las utilidades netas en términos anuales a junio pasado fue de 25%, al pasar de 54 mil 131 millones de pesos en junio de 2016, a 67 mil 682 millones en junio pasado. Así que es probable que por segundo año en este sexenio veamos un brinco extraordinario en las utilidades anuales de los bancos, lo que haría de este sexenio uno de los más lucrativos para la banca en la historia reciente del país.
Las cifras hablan por sí solas y apuntan en ese sentido. La rentabilidad de todo el sector bancario (medida por el indicador más común de rentabilidad sobre el capital, el llamado ROE) fue de 13.85% a junio pasado, que ya es suficientemente alto en comparación con la rentabilidad en otros mercados del exterior y con otros sectores del país. Sin embargo, este dato está distorsionado por los resultados de algunos bancos de reciente autorización o por otros que acaban de ser vendidos.
Pero al observar las rentabilidades que están alcanzando algunos bancos en particular, no dejan lugar a dudas sobre el buen negocio que es la banca en México. Mire, el banco más grande del país, BBVA Bancomer, tuvo una rentabilidad de 21.86% a junio pasado. Interacciones, 19.4%. Banorte, 17.03%. Santander, 15.46%. Banco Azteca, 15.86%. Todos ellos son negocios florecientes a luz de sus ganancias y de sus rentabilidades.
Sólo para fines comparativos, el sector bebidas en México —que incluye a empresas como Coca-Cola FEMSA y Arca Continental— tienen un ROE de 10.4%, o Walmart de México —una de las empresas más rentables y codiciadas del mercado accionario en el país— tuvo un ROE de 18.2% a junio pasado.
Así que los bancos están viviendo uno de sus mejores momentos. Las ganancias crecieron en buena medida porque sus márgenes financieros se ampliaron, pero también por sus operaciones de tesorería. Crecieron las tasas que cobran a sus acreditados en mayor medida que las tasas que pagan a sus depositantes. Crecieron sus ingresos provenientes de intereses por sus inversiones en títulos de deuda y no lo hicieron en la misma medida con los gastos por los intereses que pagan a sus ahorradores. También siguen obteniendo un margen importante en las comisiones y tarifas que cobran a los clientes en relación con las que pagan. Además de que la cartera crediticia ha seguido creciendo —a menor ritmo, pero lo sigue haciendo— particularmente en el crédito al consumo, aunque con una tasa de mora ligeramente mayor.
Así que en la medida en que se prevé que éstas tendencias se mantengan por lo que resta del año, quizá con alguna desaceleración prevista por un menor consumo, se puede esperar que los bancos obtengan elevadas ganancias anuales en paralelo con lo que ocurrió en 2013. No hay duda que estos años del gobierno de Enrique Peña Nieto han sido los mejores para los banqueros, a contracorriente del desempeño de una economía aletargada.
Ello quizá también explica el comportamiento complaciente del gremio, particularmente de los mayores bancos, con el actual gobierno.
E-mail:samuel@arenapublica.com