Anoche se cumplió exactamente un mes de que Joaquín Guzmán Loera burló la “máxima seguridad” del penal del Altiplano y se burló también del gobierno federal y de su gabinete de seguridad. Con su segundo escape, a través de un túnel, El Chapo no sólo horadó el subsuelo de Almoloya, sino todo el sistema de seguridad y procuración de justicia de la República que quedó en evidencia de corrupción e ineptitud ante el mundo. Y sin embargo, treinta días después de la llamada “fuga de fantasía”, sigue sin haber un solo responsable de primer nivel en las áreas de seguridad del Estado.

Peor aún, de los únicos siete funcionarios menores, custodios y monitoristas que fueron detenidos y acusados de “facilitar datos estratégicos y logísticos de la prisión” para ayudar a la fuga, cuatro ya fueron liberados por el Juez Tercero de Distrito en Guanajuato, por considerar que “no existían datos que justifiquen su procesamiento”, mientras que sólo se dictó formal prisión a tres funcionarios, uno del Centro de Control y dos custodios, que no contestaron el teléfono cuando se reportó, media hora después de sucedida, la fuga del narcotraficante más buscado en México y el mundo.

Cosa curiosa e inexplicable, pero hasta ahora ningún funcionario de primer nivel que tenía responsabilidad directa en la supervisión del penal y en particular del peligroso reo que era Joaquín Guzmán ha sido despedido, mucho menos ha renunciado y ni por asomo ha sido señalado como responsable, ni el comisionado de Seguridad Pública, Monte Alejandro Rubido, ni el director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, Eugenio Ímaz, a pesar de que ambos eran responsables del monitoreo, vía cámaras de video, del penal, del Chapo y de la celda donde estaba recluido, “en todo momento”.

De hecho, fue el mismo presidente Peña Nieto quien dio la orden de que a Guzmán se le vigilara de manera constante y permanente, y que todos los días se le reportara sobre esa vigilancia porque una nueva fuga “sería imperdonable”, dijo el mandatario en febrero de 2014 al periodista de Univisión León Krauze.

Esa instrucción a que se refería Peña Nieto fue dada al secretario de Gobernación y fue directamente encargada por éste al director del Cisen, Eugenio Ímaz, quien tenía, en el sistema de monitoreo que manda señal hasta su oficina y a través de varios monitoristas asignados en el Penal del Altiplano, la responsabilidad de vigilar día y noche al Chapo en su celda y en las instalaciones penitenciarias. Era Ímaz y no la Policía Federal quien tenía el acceso directo a esas imágenes, y hasta ahora el director del Cisen no ha dado una sola explicación de qué fue lo qué paso, en qué momento él y sus subalternos, descuidaron el monitoreo y perdieron de vista al Chapo Guzmán en una ausencia tan prolongada porque se iba a bañar.

Lejos de rendir cuentas, el Cisen parece protegido en la investigación de la fuga, al grado que dentro de la misma Policía Federal directivos de alto nivel se quejan de “un trato desigual e injusto”, pues mientras a los federales se les despidió y los cuatro consignados penalmente son todos de la PF, a la gente de Ímaz y del Cisen, como los dos monitoristas acusados, se les dejó en libertad, a pesar de que tenían responsabilidad directa en la vigilancia del narcotraficante. La pregunta es ¿qué o quién protege a Ímaz para que no asuma su responsabilidad por no haber acatado una orden presidencial? Ya sabemos que al final, con todo y la palabra del presidente, la fuga del Chapo ocurrió y no fue “imperdonable”, pero lo que no tiene perdón es que haya pasado un mes y ningún funcionario de primer nivel dé la cara ni tenga la dignidad de renunciar.

NOTAS INDISCRETAS… Además de tener que aceptar que su sucesor en el PRI fuera quien menos quería, César Camacho podría sufrir otro revés en las próximas semanas. Cada vez suena más fuerte entre los futuros diputados que el mexiquense no llegará a la coordinación de San Lázaro y que en su lugar arribaría, con el apoyo ya no sólo del líder del Senado, Emilio Gamboa, sino de “dos hombres clave de Los Pinos”, el diputado Enrique Jackson que iría por su segundo aire… Los dados mandan Serpiente. Mal tino.

sgarciasoto@hotmail.com

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