Ricardo Blanco

OK Google, Siri, Cortana, Jarvis, ¿me escuchas?

“Presta el oído a todos, y a pocos la voz. Oye las censuras de los demás; pero reserva tu propia opinión” —Polonio en Hamlet por William Shakespeare, acto 1, escena 8

OK Google, Siri, Cortana, Jarvis, ¿me escuchas?
05/02/2016 |13:18
Redacción El Universal
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#LaVozDeLosExpertos
La serie de televisión “Agente Carter” nos propone una época cercana al final de la Segunda Guerra Mundial y nos presenta a un Jarvis de carne y hueso (Edwin Jarvis), mayordomo de Howard Stark, fundador de las Industrias Stark y padre de Tony. El Mayordomo es el aliado de Peggy Carter, una agente que ayuda en secreto a Howard. Es justo durante esta época, pero en la vida real, cuando  empezamos a ver los avances de la máquina de Alan Turing.

Si recordamos al personaje que tuvo a bien interpretar Cumberbatch en The Imitation Game entendemos de dónde viene la publicación de 1950 “Computing Machinery and Intelligence”. De ahí viene el test de Turing: una prueba de la habilidad de una máquina para exhibir un comportamiento inteligente indistinguible o similar al de un humano.

Alan Turing propuso que una persona evaluara conversaciones en lenguaje natural entre un humano y una máquina diseñada para generar respuestas similares a las de un humano. Después de este avance computacional, a mediados de la década pasada muchos imaginaban que se alcanzaba la parte de entendimiento natural del lenguaje humano. Algunos dijeron que para principios de los 60 la traducción a través de máquinas sería un problema resuelto. Eran optimistas, supongo que por lo que se vivía en su época.

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Mientras algunos escribían ontologías para alimentar a las computadoras para que intentaran entender la información humana, un lingüista intentaba detectar una estructura que se pudiera representar en una ecuación matemática (Noam Chomsky).

Esto llevó a muchos procesadores capaces de hacer un análisis algorítmico de nuestro “lenguaje natural”.

Como he venido compartiendo, la inteligencia artificial nos necesita más que nunca para lograr ese sueño de Turing. Cuanto más demos a la computadora, mejor será en hacer indistinguible quién responde. Sin importar el #ruidoblanco nuestras amigas las máquinas distinguirán “su nombre” y procesarán una respuesta o acción sobre lo que digamos, preguntemos o solicitemos.

A la mía la llamaré Noam. Noam: ¿cuál es el clima?, Noam: agenda una cita. Noam: ¿cómo se pronuncia nabucodonosor?, Noam: que el auto esté en la puerta en 4 minutos y no te olvides de pedir el super.

El único paso que faltará será la homologación. Todos van a querer ser tu “Noam” y darte el servicio de atención para conectar tu casa, tu celular, tu auto y todo lo tuyo con los prestadores de servicios que necesites.

¿A quién le darás permiso de acceder a tu información?, ¿cuál podrá tomar decisiones por ti ‘para no quitarte el tiempo’? Todos querrán ser tu proveedor de asistencia y escucha. Incluso a ese bot al que le hablas en el tráfico: tu Whatsapp. Todos escuchan y todos quieren aprender lo que dices y lo que sigue de ello para, prestarte un servicio. O no, ¿Jarvis?