Más Información
Sheinbaum prevé reuniones con Macron, Trudeau y Lula da Silva en el G20; se realizará en Río de Janeiro
Raymundo Morales Ángeles se reúne con gobernadores de 6 estados; buscan fortalecer cooperación en materia de seguridad
Beca “Jóvenes Escribiendo el Futuro”: Beneficiarios recibirán 2 mil 800 pesos mensuales; revisa aquí la fecha para el registro
La mitad del presupuesto 2025 destinada a deuda pública: PAN; déficit de Morena es el más grande en años, acusa
Magistrado Reyes Rodríguez propone ampliar plazo para declinación de elección judicial; periodo no fue suficiente, asegura
VIDEO: Por reelección de Piedra, PAN coloca coronas fúnebres a la CNDH; llevará el caso a instancias internacionales, afirma
#LaVozDeLosExpertos
Cuando soñamos, mezclamos realidad y fantasía. También están quienes agregan fantasía a la realidad, o quienes tratan de arreglar la realidad con fantasía. Esta semana me subí a la representación de lo último.
Arreglar la realidad implica aceptar que algo estaba roto. Hay realidades que nos duelen y, a la hora de interiorizarlas, evitamos darles un sentido de urgencia o preocupación. Sin gas no hay agua caliente, sin luz no hay Internet, sin petróleo no hay gasolina. Los servicios que disfrutamos día con día tienen que ver con recursos limitados, con una infraestructura que nos ofrece libertad, hasta que el recurso finito muestra su cara de término.
Es así que desde que el hombre aprendió a guardar energía, en forma de granos dentro de graneros en Medio Oriente, todo cambiaría. Hemos estado extrayendo y almacenando recursos limitados, tratando de eficientarlos para abastecer nuestras necesidades de energía interna y externa. El combustible fósil hoy en día se acumula ocupando mucho espacio físico una vez que es extraído. De hecho, hay una Agencia Internacional de Energía en la cual varios de sus miembros, de occidente, cuidan de las reservas estratégicas de petróleo (tras una crisis en 1973).
Si afrontamos ciertos miedos hacia cambiar esa “forma en la que se viene haciendo” es donde encontramos disrupciones. No hablo de la forma de hacer negocios únicamente. Me refiero al cambio en la forma de concebir el consumo, los métodos y costumbres que tenemos respecto al uso de algo (prender y apagar la luz, abrir o cerrar la llave del agua), a la recepción de la innovación para cuidar nuestros recursos finitos.
La teoría del pico de Hubbert calcula cuándo se acabarán los combustibles fósiles. En pocas palabras dice que la producción mundial de petróleo llegará a su cenit y después declinará tan rápido como creció. Esto se debe a que su factor limitante está relacionado a la necesidad de energía y no a su costo.
Si todas las hormigas guardaran la misma fuente de energía se asoma una clara oportunidad: la de almacenar algo distinto, algo más. Si podemos retener la energía entonces no estaríamos acopiando recursos para producirla y si además encontramos formas alternas de producirla, nos ahorraríamos el consumo de dichos recursos finitos.
Aunque suene interesante como concepto, cada vez lo vemos más como realidad. Desde baterías para mantener con luz una casa hasta autos que pueden viajar cientos de kilómetros con una carga, sin mover engranes o requerir fluidos. Hoy se puede viajar, con lujo y velocidad, sin gastar en gasolina.
Esta semana toqué un sueño relacionado a esa nueva forma de ver, almacenar y utilizar energía para vivir una experiencia. Manejé un Tesla Modelo S P90 D, también se condujo con piloto automático: estoy seguro que nunca olvidaré lo que es tocar un sueño. Espero que pronto muchos más se relacionen con esto.