#LaVozDeLosExpertos

Hace una semana les contaba sobre vivir la experiencia de conducir un automóvil sedán de lujo. Estar envuelto en un caparazón de silencio que acelera de 0 a 100km/h en tres segundos definitivamente es una experiencia que imprime una nueva sensación.

La aceleración es una de las primeras cosas que me costó comprender. La realidad es que un amigo me ayudó a entenderlo. “No lo pienses tanto”, me decía, “no hay un auto que vaya a poder cambiar de carril para rebasar más rápido que tú”. Ahí fue cuando “me cayó el 20”, de 0 a 100 km/h en 3 seg. Por más rápido que viniera un auto a mi izquierda, la aceleración del vehículo en el que yo iba era mayor: Tesla Model S P90D.

El siguiente paso fue entender la carga y que muchas veces queremos el todo por el todo, pero no pensamos en la eficiencia y en el uso sostenible. No me refiero a sostenible simplemente porque el auto sea eléctrico, sino en sostenible respecto a no tener que llenar la batería al tope ni tener que descargarla al máximo. En realidad, los viajes cotidianos te permiten hasta brincar uno o dos días de carga dependiendo de a dónde vayas.

Por ejemplo, un amigo mío publicaba en una red social a mediados de noviembre que había pasado hora y media en el tráfico de la Ciudad de México #CDMX recorriendo 3 kilómetros y que su consumo de combustible era de 1.8 l/km. Gastó, digamos, 5.4 litros de gasolina: 75 pesos. Cuando hablamos de un auto eléctrico, si el motor no está andando, no consumirás más energía de la que utilizaría una tablet, nada para una batería de las dimensiones de un Tesla.

Tuve una epifanía mientras, desde la aplicación del celular, hacía cosas divertidas, como tocar el claxon del auto remotamente, y otras útiles, como poner el clima a 21.5 grados centígrados. Divagué sobre los intangibles datos. El celular se volvió etéreo y me percaté de lo que esto significa a la hora de dar soporte. Un querido conocido siempre discutía que todo se podía hacer con software; no le daré toda la razón, pero creo que son muchas las que sí se pueden hacer, en este caso: actualizar el software del auto...

Por supuesto que hay automóviles que reciben actualizaciones, una vez al año cuando los llevas al servicio y te cobran por todo en la distribuidora. Como el Model S no tiene botones (más que las intermitentes), cuando Tesla manda una actualización a sus usuarios por Internet, el impacto puede llegar a ser mayúsculo. Por ejemplo muchos de los que habían comprado su auto desde 2014 a la fecha, amanecieron y tenían la posibilidad de que su auto tuviera piloto automático.

Lo que más me alegra es que, dentro de no mucho tiempo, más gente en México podrá pedir un Model S y hundirse en un caparazón de silencio exterior, lleno de comodidad y excelente sonido interior, casi sin #ruidoblanco, para olvidar el tráfico y disfrutar del viaje. Si quieren saber más del tema pueden ir a www.teslamotors.com/es_MX/ y solicitar una prueba de manejo.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses