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Mi lectura favorita de niño (y más grande) fue Astérix (& Obélix), el conocido galo, siempre preparado con su poción mágica para afrontar el reto que viniera. Supongo que en nuestra vida real estaría preso por uso de fórmulas no aprobadas por algún ente regulador. Pero ése no es el caso, lo que sí quiero tratar es el miedo que tenían los galos, de acuerdo a la historieta, a que se les cayera el cielo encima.
Recuerdas de la semana pasada el "¿Quieres que te conteste el teléfono o que tu sitio se pueda acceder lo antes posible? No puedo atenderte y corregirlo al mismo tiempo." Bien, ahí es cuando se cae la nube (el servicio), ¡se nos cayó el cielo! y con eso la capacidad de atender clientes, de ofrecer productos o contenidos, o de prorratear la infraestructura que ofrecen los centros de datos.
Atajemos el "se cayó" para entender ese concepto etéreo de la nube. Para hacerlo tenemos que empezar con SaaS, PaaS e IaaS. No, no me refiero a otro cómic y nubes con golpes, hehe. Me refiero a Software as a Service, Platform as a Service y a Infrastructure as a Service. Que aunque sean tres como las cumulus, stratus y cirrus en realidad se puede analizar más como bloques que se construyen uno encima de otro.
Imaginemos una base larga de Legos que representa la infraestructura, cables y equipos que da lo mismo si son pisa papeles o datacenters. Su valor llega cuando se utilizan de la forma más eficiente, prorrateando su existencia: se construyen sobre ellos plataformas que utilizan sus recursos y también se puede abrir y utilizar software sobre dichos fierros y cables. Al ofrecerlos, los colocas como un servicio y de ahí el aaS (as a Service, como un Servicio): Infraestructura aaS, Plataforma aaS y Software aaS.
La nube como servicio permite soluciones económicas, muy escalables a las empresas y startups. Pero cuando fallan se genera mucho estrés, incertidumbre y una importante pausa laboral. No es nuevo tercerizar los servicios, pero es importante saber y tener un plan B, en especial si varios negocios dependen de un mismo tercero, ya que puede fallar. Esta semana ZenDesk tuvo problemas impactando la atención a clientes de importantes marcas. Así también, muchos hemos vivido alguna caída de Gmail, Twitter (por algo su famosa imagen de la ‘fail whale’) o Facebook.
Hay que tomar en cuenta que PaaS y SaaS cada vez son más similares. Lo mejor es dejar que los ingenieros arreglen el problema físico o de software para que la nube regrese a su lugar y no se nos caiga el cielo encima. Lo que queda es salir por un café y ver hacia arriba, disfrutar de las nubes (o la ausencia de) en el cielo.