Hace casi 10 años —el 22 de noviembre de 2005—, el Senado de la República dictaminó que era improcedente la construcción del “Metrobús” que correría por el histórico Paseo de la Reforma del Distrito Federal.

El dictamen fue elaborado por la Comisión del Distrito Federal de la 59 legislatura del Senado, luego que una comisión rechazó el “Reformabús” anunciado por el entonces jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador.

El Senado intervino ante una protesta general por el daño que causaría al Paseo de la Reforma el Metrobús; protesta que encabezó el reputado doctor y maestro emérito de la UNAM, Ignacio Burgoa Orihuela, quien documentó que el GDF no tiene facultades sobre el Paseo de la Reforma; patrimonio histórico a cargo de la Federación. Por eso, el constitucionalista interpuso un amparo contra el GDF y hasta recomendó iniciar juicio político contra el jefe de Gobierno.

Luego de la protesta y de que el Senado dictaminó que era ilegal y un delito construir el Metrobús en Reforma, AMLO canceló el proyecto.

El dictamen en cuestión —que con documentos del caso se reproducen en La Otra Opinión—, dice en su parte medular: “La Comisión que dictamina coincide plenamente con los motivos expresados en la proposición con punto de acuerdo, así como en el artículo En Defensa del Paseo de la Reforma, escrito por el doctor Ignacio Burgoa Orihuela”.

“El Paseo de la Reforma forma parte esencial del patrimonio histórico y cívico de la nación y debe ser preservado con dignidad; ya que más que una avenida, más que un símbolo urbano, el Paseo de la Reforma es escenario para la vida cotidiana de la capital de la República y por eso es también expresión y registro del paso de nuestra historia, por lo que las decisiones en torno a su futuro no deben ser tomadas a la ligera como cualquier otro proyecto urbano”.

“De llevarse a cabo el proyecto del Metrobús en Paseo de la Reforma, estaríamos en presencia de un grave desacato al régimen jurídico, como bien lo señala el artículo del doctor Ignacio Burgoa”.

“Es evidente que debe darse prioridad a resolver el problema de transporte de la gente, pero hay que resolver el problema sin acabar con las ciudades”. Fin de la cita.

El ensayo jurídico En defensa del Paseo de la Reforma, del doctor Burgoa Orihuela —del 19 de octubre de 2005—, dice que el artículo 44 constitucional establece que el Distrito Federal es la capital de la República sede de los poderes federales. Por tanto, urbanísticamente es el inmueble más importante del dominio del Estado mexicano.

A su vez, la Ley General de Bienes Nacionales —del 20 de mayo de 2004—, dice que son bienes nacionales “las plazas, paseos, y parques públicos cuya construcción o conservación esté a cargo del gobierno federal y las construcciones levantadas por el gobierno federal en lugares públicos…”

A su vez, el artículo 9º del Estatuto de Gobierno del Distrito Federal ordena que “Los bienes inmuebles de dominio público de la Federación ubicados en el territorio del Distrito Federal, estarán única y exclusivamente bajo la jurisdicción de los Poderes Federales”.

El Paseo de la Reforma es indiscutiblemente un bien nacional y no es un bien que pertenezca al Distrito Federal. En el caso del Paseo de la Reforma, y por acatamiento de las disposiciones citadas, ninguna autoridad del Distrito Federal puede realizar ninguna obra que modifique ese bien nacional.

Por tanto, es ilegal y Miguel Mancera cometería un delito si insiste en construir el Metrobús en Paseo de la Reforma. ¿Lo permitirán los ciudadanos? Al tiempo.


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