Ricardo Alemán

2018: Los muertos y los que aún viven

La contienda electoral vio nacer nuevos “pretensos” para el 2018, que si bien aún no aprenden a caminar ya tratan de correr tras de la candidatura presidencial

11/06/2015 |01:15
Redacción El Universal
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Otra lección del domingo 7 es que muchos de los apuntados como aspirantes a 2018 no resistieron la prueba de las urnas y —para el lunes 8—, amanecieron en calidad de muertos políticos.

Al mismo tiempo la contienda electoral vio nacer nuevos “pretensos” para ese 2018 —algunos de los llamados independientes—, que si bien aún no aprenden a caminar ya tratan de correr desaforados detrás de la codiciada candidatura presidencial.

Entre los muertos para 2018 destacan los izquierdistas Miguel Ángel Mancera, Graco Ramírez y Marcelo Ebrard. El caso del jefe de Gobierno del DF resulta peculiar porque en 2012 recibió una administración de carro completo y a medio camino perdió la mitad de los votos.

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Y si bien Mancera es ejemplo del gobernante independiente —que no milita en ningún partido a pesar de gobernar el principal bastión del PRD—, también tiene culpa en la tragedia que amenaza con la extinción de los amarillos ¿Y cual es su culpa?

Que, le guste o no a Mancera, es el jefe político del PRD capitalino, responsable de cuidar el capital político de los amarillos y, sobre todo, de hacer un buen gobierno. Pero lo peor es que a Mancera “lo chamaquearon” no pocos de sus colaboradores, quienes, a través de sus cargos, operaron a favor de AMLO.

En rigor, los atolondrados que hoy quieren ver todas las virtudes en los candidatos independientes, deben empezar por revisar con lupa “el efecto” Mancera, para entender la importancia y el peso de un partido político en una administración como el GDF. Y claro, si quieren más ejemplos pueden revisar los fracasos de Oaxaca y Puebla, con Gabino Cué y Rafael Moreno Valle; dos independientes fallidos.

El de Graco Ramírez es un caso patético. Resulta que su secretario de Gobierno, Jorge Messeguer, perdió la capital del Estado, Cuernavaca, a manos del futbolista Cuauhtémoc Blanco. El descalabro —producto del mal gobierno del perredista—, regresa a Graco a la realidad; a que no tiene posibilidad alguna de aspirar al 2018, como ha propagado. Y el caso de Marcelo Ebrard todos los conocen; al ex jefe de Gobierno lo derrotó la fallida L-12.

En el PRI están muertos los gobernadores de Jalisco y Nuevo León, Aristóteles Sandoval y Rodrigo Medina, respectivamente. Lo cierto es que eran “sueños guajiros” de Sandoval y Medina toda potencial aspiración presidencial. De hecho la debacle de Nuevo León se debe al mal gobierno de Medina y a la torpeza de impulsar a Ivonne Álvarez, a la que pretendía mangonear. En el tropiezo también participaron las ambiciones sin freno de Emilio Gamboa y los errores de Enrique Peña Nieto, a quien habrían engañado.

Por el PAN aparecen como cadáveres los señores Gustavo Madero y Rafael Moreno Valle. El descalabro de Madero —que catalizó la pelea con el “calderonismo”—, dejó fuera de la contienda por el 2018 al jefe nacional del PAN. Peor aún, su aliado de temporal, el gobernador de Puebla, no sólo perdió la mitad de las posiciones en disputa sino a su principal soporte político en el PAN, a Guillermo Padrés, el pillo gobernador de Sonora, aplastado por el PRI.

Los presidenciables ya incluidos en el selecto grupo de “posibles” y que resultaron fortalecidos luego de la compleja elección del domingo 7 son Manlio Fabio Beltrones —luego de la victoria del PRI en Sonora—, los secretarios de Gobernación y de Hacienda, Miguel Osorio y Luis Videgaray, el gobernador mexiquense, Eruviel Ávila, el jefe de Morena, Andrés Manuel López Obrador y Margarita Zavala, hoy por hoy la única mujer con posibilidades reales para 2018.


Twitter: @ricardoalemanmx