En la forma no es más que una especulación. En el fondo puede ser el gran pacto que haría posible el milagro de frenar al PRI en lo que parece una victoria electoral aplastante del tricolor. ¿De qué estamos hablando?

De que los jefes reales del PAN y del PRD dialogan, calculan, suman y restan para dar forma a un golpe de timón a la elección intermedia que podría arrebatar al PRI seis gobiernos estatales. Con ello, Gustavo Madero estaría en los cuernos de la luna y el PRD saldría del incómodo lugar de “patito feo” de la elección. ¿Cuál golpe de timón?

Una alianza de facto y de última hora —entre el PAN y el PRD—, en los nueve gobiernos estatales en juego y en el Distrito Federal, que darían a azules y amarillos —respectivamente—, los votos necesarios para romper el empate técnico con el PRI en distintos estados.

Dicho de otro modo, que si se reedita una alianza PAN-PRD en todas las entidades donde están empatados PRI y PAN además de PRI y PRD —respectivamente—, el gran derrotado sería el PRI. Un primer avance del tema lo dimos en el Itinerario Político del pasado 19 de mayo. ¿Será posible una alianza como esa?

Son pocas las posibilidades. Sin embargo, en política nada acaba hasta que acaba y, por tanto, azules y amarillos agotan posibilidades. ¿Cuáles posibilidades?

1. Que el gran pacto entre PAN y PRD lo habría desencadenado el incumplimiento de acuerdos del PRI con los azules y los amarillos. Es decir, que el PRI y el gobierno federal habrían ofrecido elecciones a modo en algunos estados, a cambio de que PAN y PRD no repetirían las alianzas “contranatura”.

2. Según panistas y perredistas, el PRI se habría comprometido a dar una batalla menor en Michoacán y Sonora. Sin embargo, en los dos estados y por distintos factores “crecieron los enanos” y en Michoacán se pudrió la victoria cantada del perredista Silvano Aureoles, en tanto que en Sonora fue imposible impedir el crecimiento de la beltronista Claudia Pavlovich.

3. Frente a ese cambio de señales —visto como traición por panistas y perredistas—, tanto azules como amarillos mueven sus piezas en el ajedrez electoral y ponderan las variables de sus potenciales victorias y derrotas.

4. En Nuevo León, por ejemplo, calculan la derrota del PRI mediante un eventual repliegue del candidato del PAN, Felipe de Jesús Cantú, a favor de Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco. El problema en esa entidad es que los azules tendrían poco o nada que ganar. Además de que El Bronco no tiene nada que ofrecer.

5. Algo parecido podría ocurrir en Michoacán, en donde el PAN estima que le cerrarían el paso al PRI mediante el repliegue de Luisa María Calderón. En este caso la dificultad es que la hermana del ex presidente Calderón no se bajaría de la contienda por nada, a pesar de que sigue cayendo en las encuestas.

6. La ganancia para el PRD se podría dar en Guerrero —si el candidato del PAN, Jorge Camacho declina a favor de los amarillos—, lo que provocaría la segura derrota del priísta Héctor Astudillo.

7. Pero la carta mayor sería si el PRD se repliega y suma sus votos al PAN en Colima, en Querétaro, en San Luis Potosí y en Baja California Sur. En ese caso el PAN tendría segura la victoria en esos cuatro estados; que sumados a los dos hipotéticos triunfos del PRD en Michoacán y Guerrero —si en esas entidades el PAN logra sumar sus votos al PRD—, el PRI sólo se quedaría con tres gobiernos estatales; Sonora, Campeche y Nuevo León.

¿Se hará el milagro? Difícil, pero no imposible. Al tiempo.

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Twitter: @ricardoalemanmx

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