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Conocí a Ana María y Ramón Xirau desde los años 70. Fuimos invitados Salvador Elizondo y yo a una cena en su casa en honor del dramaturgo Ionesco. Era yo muy joven e inexperta y me recuerdo tímida ante la talla de le escritores con los que me senté por primera vez en el comedor de los Xirau.
Nos hicimos amigos y fuimos invitados incontables veces más a compartir su mesa. Pasamos ratos muy agradables en su compañía que guardo con mucho afecto en mi memoria. Admiré mucho a Ramón y lamento profundamente que ya haya partido al viaje sin retorno hace algunos días.
En los Diarios de Salvador aparecen muchas entradas donde menciona a Ramón Xirau, me permití reproducir, en este ocasión, fragmentos del primer borrador que escribió Salvador para un homenaje en el Ateneo Español al poeta y filósofo catalán.
Salvador Elizondo escribe Cuaderno de Diario número 48, páginas 212, 223 y 224
30-VII.81.-—(…) Ya regresó Paulina de la exposición de Vicente Rojo. Me dijo que estaban “todos”, absolutamente “todos”. Michele iba acompañada de Paz Cervantes. Octavio Paz se rompió los dos brazos y no fue, hay que hablarle mañana. Durante el fin de semana trataré de hacer lo de Xirau.
6-VIII.8I.— Hoy solía ser día de mi santo. Ya empecé a hacer lo de Xirau. Habló José Luis Martínez para decir que Octavio ya había aceptado entrar a la Academia…
RAMÓN XIRAU (BORRADOR)
Ya sabía yo, cuando Joaquín Diez Canedo me invitó a tomar parte en este homenaje que el Ateneo Español rinde a Ramón Xirau, que sería yo presa de una rara emoción: una emoción en la que se conjugan y se relacionan, como en una fórmula matemática, un espacio, un tiempo, un hombre. El espacio es este; el tiempo, el que ha corrido desde la guerra civil en España; y el hombre, Ramón Xirau, poeta y filósofo, heredero y confirmador de la brillante tradición que en el campo de la actividad filosófica iniciaron aquí los maestros que vinieron como refugiados (…)
(…) Quiero considerar al homenajeado a la luz de esta vocación sin la que su pensamiento y su sensibilidad no se hubieran transmitido a tantos jóvenes como han recibido sus enseñanzas desde la cátedra o desde la crítica en el Liceo Franco-Mexicano, en el Colegio de México, en la Facultad de Filosofía y Letras, desde las páginas de la revista Diálogos o desde la tribuna de El Colegio Nacional, donde ha dictado conferencias memorables (…)