Publico hoy el único retrato que pude hacerle a Octavio Paz, quien era bastante reticente a la cámara fotográfica. Tomé muchas instantáneas del poeta de Mixcoac, a quién últimamente he releído y cada día admiro más, en diversas circunstancias en lo que fue, entonces, el ámbito de la vida literaria en México desde 1971 hasta su muerte.
Fue un privilegio conocerlo. Sin embargo, solamente una vez logré un momento, convencerlo para que posara para ser retratado. Lo curioso de este retrato fue el heroísmo del poeta de posar adolorido, creo yo, debido a que el día anterior le habían quitado los yesos de la rotura de ambas muñecas que había sufrido por una caída, ocho semanas antes, sin haber llevado una terapia de rehabilitación.
Salvador Elizondo escribe Cuaderno de Diario número 45, páginas 22 y 23.
Sábado 13. I. 79.— El jueves fuimos a la cena que Octavio Paz le dio a Carlos Fuentes. Este no está muy contento pero estuvo muy bien todo. Anoche vinieron Ofelia* y Ricky** y estuvimos platicando hasta muy tarde (…) Hoy salió — yo creo que muy prematuramente— el anuncio de la postulación de Octavio Paz para el Premio Nobel. Acaban de dar el del año pasado. Yo creo que los del UNOmásUNO se apresuraron. Soltaron de la cárcel al Indio Fernández, quien mató a alguien. Rojas Zea quiere que le haga una gran entrevista.
La cena en casa de Octavio. Muy rara; la concurrencia estaba muy mezclada. Yo era el único de Vuelta*** . Ya nadie quiere saber nada de C.F. Esa fue la impresión que tuve.
Ahora todos los mexicanos están enloquecidos con la venida del Papa polaco.
La belleza de este día no tiene límites. Siento que la belleza y las de la flores es un regalo de Año Nuevo que me hace mi madre desde el cielo.
* Ofelia Medina
**Carmen Parra
*** Revista Vuelta
***En la foto: Octavio Paz, en el Palacio de Minería, 1981. (CORTESÍA PAULINA LAVISTA)