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Entre las manifestaciones del próximo domingo “Vibra México” y “Mexicanos Unidos”, producto de la conciencia, habrá una coincidencia y una enorme diferencia.
Los participantes en Vibra México parecen estar más ubicados en la realidad nacional e internacional. En su manifestación llamarán a la unidad para defender a México y a los mexicanos ante las amenazas y acciones del gobierno de Donald Trump. Argumento incuestionable. Pero también exigirán que el gobierno anteponga los intereses del país en toda negociación con la administración estadounidense; que informe de manera permanente y transparente sobre ese proceso y asuma acciones concretas e inmediatas para combatir la pobreza, la desigualdad, la corrupción, la impunidad y las violaciones a los derechos humanos. Exigencia igualmente válida.
El hecho que Vibra México vaya a estar conformado por instituciones académicas, organizaciones y personas reconocidas como la UNAM, la UAM, el Colegio de México, la Universidad Iberoamericana, el Tec de Monterrey, Amnistía Internacional, etc., que en sí mismas representan un alto nivel de conciencia para el país, le da una incuestionabilidad total.
Este grupo ha dejado en claro que su causa es absolutamente apartidista y que no está ni a favor ni en contra del gobierno. Es amplio, libre, pensante y plural.
Con esa autoridad, en voz del rector de la máxima casa de estudios, Enrique Graue, expresó que a los mexicanos les indigna tanto la pobreza, la desigualdad, la corrupción, la impunidad, la injusticia y el maltrato a las mujeres, como las expresiones xenófobas y discriminatorias que Donald Trump sigue enderezando contra México y sus ciudadanos.
Pedir, e incluso exigir con firmeza de manera organizada y respetuosa a las autoridades que atiendan los graves problemas que están destruyendo al país no es ninguna falta. El predominio y la apelación a la razón no pueden ni deben incomodar ni lastimar a nadie.
Es obligación ineludible de los gobernantes escuchar a la sociedad y procurar darle las respuestas necesarias y oportunas a los problemas que les plantea. Para eso los puso con su voto en los cargos que ocupan.
Si el gobierno actúa en esa vertiente, puede reconectarse con la gente y reconstruir su decaído consenso y con éste, estar en mejores condiciones para arrostrar las acechanzas externas. No se puede estar fuerte afuera siendo débil y vulnerable fronteras adentro.
En contraste, la manifestación Mexicanos Unidos, convocada por la señora Isabel Miranda, no es apartidista. Ella fue candidata del PAN al gobierno del DF por ese partido.
Cuestionable que soslaye los problemas de México. Todo apoyo debe ser correspondido. De tal modo que la presidenta de Alto al Secuestro, uno de los males que más laceran al país, no puede convocar a nada con el argumento de exigir soluciones para “después”.
En política, muchas relaciones entre los gobernantes y los gobernados se dan bajo el principio de doy y das. No hay nada extraordinario, inmoral, ilegal en pedir algo esencial, largamente negado, olvidado o pospuesto. Y no hay manera más segura de recrear y prohijar las faltas, los errores y los excesos de quienes ejercen el poder, que consintiéndolos.
Hace trece años, en todo el país, miles de personas participaron en la Marcha Blanca para protestar contra la inseguridad. Y ahí están los resultados. Es de esperar que por las contradicciones que encierran las del próximo fin de semana, no terminen en lo mismo. Los problemas siguen sin resolverse.
En cualquier caso, la unidad de una nación es y será condición sine qua non para que quien la conduzca pueda defenderla efectivamente, con la dignidad y el decoro que aquí tanto se refiere en el discurso.
SOTTO VOCE… ¡Aguas con El Bronco, que ahora sí se pudo ídem!, dicen periodistas de Monterrey, a los que amenaza con amordazar, obligándolos mediante una ley, a revelar sus fuentes de información. Jaime Rodríguez llegó al gobierno de Nuevo León por la “democracia” que comprende las candidaturas “independientes” y resulta que ahora se comporta tiránicamente con la prensa... La promulgación de la Constitución de la Ciudad de México, animada por el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, será sin duda una piedra angular en su legítima búsqueda de la candidatura presidencial en 2018... La ofensa que vivió el senador Carlos Puente en un avión, cuando lo saludaron y un pasajero lo identificó como tal, ratifica la distancia y falta de sensibilidad de la clase política hacia la población.
ombeluniversal@gmail.com
@mariobeteta