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Al caso Ayotzinapa le falta una de las piezas más importantes. De la que muy poco se ha hablado en meses. En la que nadie ha puesto la suficiente atención. Que ha quedado “suelta”. La que, de incorporarse al rompecabezas, podría ayudar mucho a esclarecer ese crimen, que tiene a México de cabeza.
¿Dónde está? ¿Qué fue de Felipe Flores Velázquez? Él sabía mucho. Quizá sea de los pocos que se enteraron de todo. Por su cargo, para muchos especialistas, pudo haber sido autor intelectual y/o material de los hechos. Al menos debió haber obedecido órdenes y, a su vez, haberlas transmitido a la policía de Iguala, que comandaba.
¿Cómo es que a casi un año de la funesta masacre-desaparición nadie haya dado con su paradero? ¿Por qué, siendo tan importante en ese asunto nadie ha podido localizarlo?
Al llamado “quinto autobús”, habrá que sumar a ese “fantasma”. Con esos dos elementos, quizás pueda llegarse no sólo a una verdad histórica consistente, sino a una verdad real. Que ponga a cada cual en su lugar. Que sea creíble. Que termine con la pesadilla que inició para los mexicanos, el gobierno y el país hace casi un año.
—¿Podría estar muerto?, se pregunta sin ambages a uno de los actores involucrados directamente en la investigación.
—Hummm… honestamente no lo sé. No me atrevo a sugerirlo. Pero en casos como este, cualquier cosa es posible, contesta amablemente nuestro interlocutor, asumiendo la reserva que se ha de tener de su nombre.
—La “cadena de muerte”, agrega, no es impensable. Funciona sobre la lógica de que, si alguien manda matar a alguien, no quiere dejar testigos y a la vez asesina o manda aniquilar al verdugo inicial. Se borran muchas huellas. Se imposibilita llegar a la verdad. Es lo que se busca. A veces se consigue.
Reconoce que hay mucha razón en suponer que el ex secretario de Seguridad Pública de Iguala, Felipe Flores Velázquez, debió haber tenido conocimiento pleno, al detalle, de lo que aconteció aquéllos aciagos días que cambiaron la faz y el rumbo de México.
“Por lo menos —sostiene— debió haber recibido órdenes. Tenía superiores jerárquicos. Y, en la cadena de mando, debió haber dado instrucciones. Tenía facultades para hacerlo. Era de todas las confianzas del ex presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca Velázquez. Son primos...”.
A raíz del Informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes dado a conocer el domingo pasado, el gobierno de la República ha mostrado disposición a mantener el caso abierto. A escuchar a los padres de los desaparecidos. A que las indagatorias continúen hasta saber qué fue lo que pasó realmente.
En ese sentido, el factor “quinto autobús”, debe ampliarse y precisarse. Y el del “fantasma” Felipe Flores Velázquez, prófugo desde que se produjeron los hechos, tiene que ser considerado muy seriamente también. Lo primero es aprehenderlo. Si acaso está vivo.
En relación a éste, incluso, los padres de familia podrían retomar su exigencia original, expresada el 27 de enero del año en curso, cuando señalaron: “Falta detener al máximo responsable de la corrupta policía de Iguala”.
Ésta que, al mando de Flores Velázquez, junto con la de Cocula, asesinó a 6 personas, hirió a otras 20, destazó a un estudiante y secuestró a 43 normalistas, ofrece una insospechada veta de investigación que debe comenzar, precisamente, por la captura de su ex jefe.
SOTTO VOCE… Emilio Álvarez Icaza, secretario de la CIDH, muestra todo su resentimiento por no haber podido ser el ómbudsman nacional avalando el Informe Ayotzinapa, del que sabe tiene algunas debilidades y aun así alienta un mayor radicalismo entre algunos padres de los muchachos, según se sabe… A Rogelio Ortega, gobernador de Guerrero, se le avecina una tormenta por la incapacidad, deshonestidad y corrupción que le atribuyen sus gobernados; ésta última, reflejada en una descarada venta de notarías, como también se menciona entre sus más allegado… Algunos prominentes perredistas relacionados con el ascenso de José Luis Abarca a la alcaldía de Iguala, tendrán días difíciles. Se sabe que serán llamados a declarar y que “ya los tienen agarrados”.
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@mariobeteta