El gobierno ha decidido apelar a una de las herramientas más eficaces de la democracia, que es escuchar para decidir. Lo había soslayado. Puede ser lamentable que no haya puesto oídos antes a un clamor general. Pero es loable que ahora lo haga. México lo necesita.

En esa línea, es de esperar que el Ejecutivo, empatado con el Legislativo (todos los partidos; quizá con excepción de Morena) envíe una iniciativa al Congreso en materia fiscal para modificar la reforma aprobada el año pasado.

Esa disposición ha inhibido la actividad económico-productiva. Es fuente de problemas que el país no requiere.

Los cambios a las leyes fiscales, podrían ser impulsados sobre el status de preferente, facultad que únicamente puede ejercer el Presidente de la República. Hay quienes aseguran que su equipo jurídico-económico trabajará para apoyar la propuesta que hagan los partidos.

El ansiado cambio tendría el respaldo unánime de todos los partidos y su aprobación inmediata. De todos los sectores de la población; especialmente el empresarial. Se reactivaría la economía. Quizás al menos no se seguirían deteriorando más las expectativas que ahora tiene.

La exigencia de la población de cambiar una de las leyes más perniciosas aprobada por la LXII Legislatura, pese a su mérito de haber votado las reformas estructurales, parece haber encontrado eco en el gobierno.

Los partidos, comenzando por el PRI, están dispuestos a encabezar y alentar esa mudanza. El perredismo lo ve como una posibilidad de reivindicación con la sociedad. Como eventual plataforma de su relanzamiento a la arena política nacional, de la que se siente cada vez más ausente.

El PAN puede tener su propia propuesta. Pero bien armado, es posible construir un proyecto de consenso PRI-PRD-PAN y los demás partidos. El campo, la ocasión y la necesidad de que todos actúen al unísono están dados. Sería una acción gubernativo-partidista-legislativa que no necesitaría de negociaciones turbias. Estaría exenta de presiones, chantajes y búsqueda de ventajas personales y/o de partido.

Con una cierta sensibilidad, se reconoce en el ámbito oficial que el esquema fiscal vigente no es funcional para todos. Por eso ha tenido un rechazo constante. Una ley como es esa, que ostensiblemente no favorece a la mayoría, empezando por la clase media, pilar fundamental de la estabilidad socioeconómica en cualquier país, no sólo no ha tenido ni tendrá el respaldo social, sino que, convertida en lastre, se tradujo en descontento y disenso hacia legisladores y gobernantes.

Ponderado eso, urgida la Nación de decisiones oportunas y eficaces por el entorno económico adverso, la baja de los petroprecios, el incremento constante del precio del dólar, la amenaza de un descontrol de la inflación, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, a través del secretario de Hacienda, doctor Luis Videgaray, se muestra dispuesto a actuar en consonancia con los representantes populares.

Así lo comentan sus más cercanos colaboradores. Así lo espera toda la población.

—“En los momentos más difíciles para el Presidente, ha habido sorpresas. Cuando nadie se lo espera, suele sorprendernos. Se lo puede criticar por muchas razones, pero es incuestionable que nunca se atemoriza, ni se repliega, ni se paraliza. Es su estilo personal de gobernar”, dice uno de sus más allegados.

Enfilado a cumplir la primera mitad de su sexenio, a diez días de su Tercer Informe, con problemas latentes y/o vigentes como la inseguridad y la violencia, con una economía incierta y una sucesión presidencial temprana, pero empeñado en seguir adelante, Peña Nieto puede tener, ciertamente, no uno, sino varios ases bajo la manga.

SOTTO VOCE… El doctor Miguel Mancera sigue a la vanguardia de la modernidad al promulgar el nuevo Reglamento de Tránsito del DF, evidencia de su sentido de humanismo, compromiso y responsabilidad con sus gobernados. Ojalá las autoridades federales tomen su ejemplo y, en paralelo, hagan lo necesario para reducir los límites de velocidad en las carreteras del país. Suma miles, la pérdida de vidas y millones el costo de accidentes provocados por conductores irresponsables que manejan a muy altas velocidades y/o alcoholizados… ¿Cómo se sentirían los gobernadores como el de Sonora, Guillermo Padrés; Nuevo León, Rodrigo Medina; Jalisco, Aristóteles Sandoval; Nayarit, Roberto Sandoval, y Oaxaca, Gabino Cué, entre otros, en la reunión con el Presidente de la República en que se anunció que se evitará que sigan endeudando a sus estados, inmersos en la corrupción, enriquecimiento personal y opacidad? Con algo de vergüenza, se les habría caído la cara. Pero ni siquiera la conocen.

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@mariobeteta

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