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Del debate con respecto a la neutralidad de la red derivará un nuevo Internet. Ello es seguro. El inminente empoderamiento de los proveedores de acceso a Internet (ISP, por sus siglas en inglés) gestará las bases de una economía política en Internet cualitativamente diferente. Ello se discute en EU, pero las repercusiones de lo que sea resuelto trascenderán fronteras.

Fast Company publicó esta semana una entrevista con Tom Wheeler, quien fue jefe de la Federal Communications Comission (FCC) en los últimos años de la administración del presidente Obama.

Wheeler es responsable de la iniciativa que consideró a los ISP como transportistas comunes, obligándoles a observar lo dispuesto en el título segundo de la Ley de Comunicaciones de 1934, que establece que las operaciones de las compañías de telecomunicaciones son de interés público, siendo este es el fundamento central de la neutralidad de la red.

Ajit Pai, quien se desempeñó como abogado de la firma Verizon antes de asumir la dirección de la FCC en el gobierno del presidente Trump, opera para anular las reglas relativas a la neutralidad de la red establecidas en la administración de Obama. Para ello Pai cuenta con el respaldo del presidente Trump, de la gran mayoría de congresistas del Partido Republicano y, por supuesto, de no pocos de los poderosos ISP en la Unión Americana.

La neutralidad de la red significa que el contenido de Internet debe ser accesible abiertamente sin que los ISP bloqueen, restrinjan o favorezcan determinados contenidos. Sin embargo, los simpatizantes de la iniciativa de Pai sostienen que la eliminación de estas regulaciones dará a las empresas más libertad e innovación. Por supuesto que la eliminación de esas normas sería un gran negocio para los ISP.

En la entrevista a Fast Company, Wheeler desacreditó las afirmaciones de quienes sostienen que la neutralidad de la red inhibe la inversión en infraestructura. Tal argumento es falso. Y señaló, por ejemplo, que en su reciente informe financiero trimestral Comcast indicó que está destinando 15 por ciento de sus ingresos a infraestructura. Wheeler identificó a Comcast, AT&T, Verizon y Charter, con sus “seguidores republicanos”, como los interesados en eliminar la neutralidad de la red.

Además refirió un gran número de casos en la reciente década donde los proveedores de servicios de Internet violaron los principios de neutralidad de la red, y la FCC precisamente ha tratado de regular a los ISP para evitarlo.

En 2005, por ejemplo, Comcast informó que no permitiría peer to peer video debido a que interfería algunos de los servicios que pretendía ofrecer. La FCC sancionó a Comcast, que en su impugnación llevó a la corte el caso. La corte informó a la FCC que no podría sancionar a Comcast, a menos de que la FCC hiciera de Comcast una empresa común. Ese, destacó Wheeler, es el antecedente directo del Título II. Wheller además refirió que AT&T y Verizon se negaron a llevar Google Wallet porque estaban desarrollando sus propias plataformas de pagos móviles.

Por último, Wheeler destacó que el trabajo de la FCC debe ser proteger a los consumidores y promover la competencia y la innovación en un mercado no competitivo. Esa es la principal diferencia de la FCC en los gobiernos de Obama y Trump.

La ruta hacia el 8 de septiembre será complicada y podría definirse a partir de las respuestas a las siguientes preguntas: ¿Desde su perspectiva, qué necesita permanecer, qué necesita ser agregado, y qué necesita ir?

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