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El debate sobre la neutralidad de la red es de gran importancia para el porvenir de Internet, pues supone que los proveedores de servicios de Internet (ISPs) y los gobiernos que regulan la red deben tratar todos los datos de la misma manera, sin discriminar o cobrar diferencialmente por usuario, contenido, sitio web o plataforma de comunicación.
En 2015, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) reclasificó a los IPS como "transportistas comunes" bajo el Título II de la Ley de Comunicaciones de 1934.
La administración del presidente Donald Trump pretende revocar las reglas impuestas por el gobierno de Obama, las cuales de facto impiden que los grandes proveedores de Internet puedan bloquear, retrasar el tráfico o cobrar a compañías como YouTube o Netflix por una entrega más rápida de sus contenidos. El presidente de la FCC se desempeña como operador del presidente Trump.
Al hacerlo, la FCC se movió para regular los IPS como una utilidad pública esencial, los opositores dijeron que someterían a los proveedores de banda ancha a regulaciones más onerosas y ampliar la supervisión de la FCC de la industria.
Esta semana se dio a conocer que Greg Walden, líder del Comité de Energía y Comercio en la Cámara de Representantes y destacado miembro del Partido Republicano, solicitó a los directores ejecutivos de empresas de telecomunicaciones e Internet (Larry Page (Alphabet), Mark Zuckerberg (Facebook), Randall Stephenson (AT&T), Brian Roberts (Comcast), así como a los principales directivos de Amazon, Netflix, Charter y Verizon) participar el 7 de septiembre en el Congreso para debatir respecto a la neutralidad de la red.
Ello implicaría desplazar a Ajit Varadaj Pai, presidente de la FCC del debate. AT&T, Verizon y Facebook simpatizan con tal iniciativa, que permitiría al Congreso decidir el futuro de la red. Los representantes del Partido Demócrata no precisamente parecen dispuestos a negociar.
Walden sostiene que las reglas de Internet que instalan a los IPS en la regulación de servicios públicos: “interrumpieron el equilibrio regulatorio de muchos años que permitió a Internet crecer y prosperar”.
Los grandes beneficiarios de la contrarreforma trumpista precisamente son los grandes IPS, quienes al ser eliminada la neutralidad podrían empezar a operar “un peaje de dos vías”, recaudando dinero de los suscriptores y de los sitios que deseen llegar a velocidades más rápidas.
Los pequeños proveedores de Internet en cambio consideran la neutralidad de la red como premisa fundamental para su desarrollo. En el mes de junio, más de 40 pequeños proveedores enviaron una carta a la FCC destacando que “ninguno había experimentado barrera alguna a la inversión” por la regulación de 2015.
La derogación de la neutralidad de la red incrementaría el poder de los grandes proveedores como Comcast, AT&T o Verizon. Ello simplemente desplazaría del mercado a los pequeños proveedores de Internet.
Esta semana Verizon fue señalado por limitar las velocidades de Internet para los clientes que ven contenido de Netflix a través de su red. La empresa incluso admitió haber manipulando las velocidades de datos para “optimizar” el contenido: “Hemos hecho pruebas de red en los últimos días para optimizar el rendimiento de las aplicaciones de video en nuestra red”, dijo un portavoz de Verizon a The Verge.
En 2016, Netflix decidió reducir la calidad de su servicio de video streaming para usuarios de Verizon y AT&T “con el fin de “proteger a los consumidores de no rebasar los límites de datos móviles”.
El debate sobre la neutralidad de la red es de gran importancia para el porvenir de Internet, pues supone que los proveedores de servicios de Internet (ISPs) y los gobiernos que regulan la red deben tratar todos los datos de la misma manera, sin discriminar o cobrar diferencialmente por usuario, contenido, sitio web o plataforma de comunicación.
En 2015, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) reclasificó a los IPS como "transportistas comunes" bajo el Título II de la Ley de Comunicaciones de 1934.
La administración del presidente Donald Trump pretende revocar las reglas impuestas por el gobierno de Obama, las cuales de facto impiden que los grandes proveedores de Internet puedan bloquear, retrasar el tráfico o cobrar a compañías como YouTube o Netflix por una entrega más rápida de sus contenidos. El presidente de la FCC se desempeña como operador del presidente Trump.
Al hacerlo, la FCC se movió para regular los IPS como una utilidad pública esencial, los opositores dijeron que someterían a los proveedores de banda ancha a regulaciones más onerosas y ampliar la supervisión de la FCC de la industria.
Esta semana se dio a conocer que Greg Walden, líder del Comité de Energía y Comercio en la Cámara de Representantes y destacado miembro del Partido Republicano, solicitó a los directores ejecutivos de empresas de telecomunicaciones e Internet (Larry Page (Alphabet), Mark Zuckerberg (Facebook), Randall Stephenson (AT&T), Brian Roberts (Comcast), así como a los principales directivos de Amazon, Netflix, Charter y Verizon) participar el 7 de septiembre en el Congreso para debatir respecto a la neutralidad de la red.
Ello implicaría desplazar a Ajit Varadaj Pai, presidente de la FCC del debate. AT&T, Verizon y Facebook simpatizan con tal iniciativa, que permitiría al Congreso decidir el futuro de la red. Los representantes del Partido Demócrata no precisamente parecen dispuestos a negociar.
Walden sostiene que las reglas de Internet que instalan a los IPS en la regulación de servicios públicos: “interrumpieron el equilibrio regulatorio de muchos años que permitió a Internet crecer y prosperar”.
Los grandes beneficiarios de la contrarreforma trumpista precisamente son los grandes IPS, quienes al ser eliminada la neutralidad podrían empezar a operar “un peaje de dos vías”, recaudando dinero de los suscriptores y de los sitios que deseen llegar a velocidades más rápidas.
Los pequeños proveedores de Internet en cambio consideran la neutralidad de la red como premisa fundamental para su desarrollo. En el mes de junio, más de 40 pequeños proveedores enviaron una carta a la FCC destacando que “ninguno había experimentado barrera alguna a la inversión” por la regulación de 2015.
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Esta semana Verizon fue señalado por limitar las velocidades de Internet para los clientes que ven contenido de Netflix a través de su red. La empresa incluso admitió haber manipulando las velocidades de datos para “optimizar” el contenido: “Hemos hecho pruebas de red en los últimos días para optimizar el rendimiento de las aplicaciones de video en nuestra red”, dijo un portavoz de Verizon a The Verge.
En 2016, Netflix decidió reducir la calidad de su servicio de video streaming para usuarios de Verizon y AT&T “con el fin de “proteger a los consumidores de no rebasar los límites de datos móviles”.