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En el diseño de los objetivos y las metas que fundamentaron la creación de la Coordinación de la Estrategia Digital Nacional, la ciberseguridad de la nación ni siquiera fue contemplada. Posiblemente en el gobierno consideraron la ciberseguridad del país como tema secundario, confiando en la eficacia de las instituciones que practican el espionaje cibernético en México. De acuerdo con lo asentado en el reciente reporte de la Red de Defensa de los Derechos Digitales (R3D), el espionaje cibernético que practica el gobierno está fuera de control.

Asimismo, la torpe instrumentación del retiro al subsidio a la gasolina, agravado por el previo desabasto del combustible, enardecieron a una gran parte de la sociedad. Desde el primer día de 2017, en la Ciudad de México se registraron las primeras marchas ciudadanas para expresar indignación por “el gasolinazo”.

En las redes sociales —territorio complejo— fue desplegada una operación perfectamente diseñada para estimular el vandalismo. El objetivo de la campaña fue imponer el miedo para desplazar el descontento que generó el gasolinazo y apartar la mirada ciudadana de la paridad que observa el peso frente al dólar.

Como señala atinadamente Adelaida Calleja en su columna semanal en La Silla Rota, el miércoles 4 de enero, empezaron a circular en Twitter llamados para saquear determinados establecimientos comerciales, y grabaciones en audio, vía WhatsApp con voces de supuestos policías, quienes alertaban de órdenes recibidas para disparar indiscriminadamente a quienes protestaban. Ello, por supuesto, generó gran temor en las redes sociales.

Al respecto, la organización Lo Que Sigue identificó 485 cuentas (bots) y más de mil mensajes en Twitter que consiguieron convertir los rumores y llamados al saqueo de establecimientos en tendencias.

Según voceros de Lo Que Sigue, mensajes como #SaqueaUnWalmart fueron generados en Huixquilucan, Interlomas y Naucalpan, en el Estado de México. Miguel Angel Mancera, jefe de gobierno en la Ciudad de México, destacó que fueron usados 1,500 bots para generar violencia.

Esta semana El Financiero publicó una entrevista a Benito Rodríguez [@Benito100cia2], quien se atribuye ser creador en redes sociales de la tendencia #SaqueaUnWalmart. El líder de 100tifikos afirmó que  reciben paga  por crear tendencias en Twitter y admitió que han trabajado para gobiernos y partidos políticos.

Sin embargo, resulta fundamental tener presente que, de acuerdo con declaraciones de voceros de la organización Lo que Sigue, los bots que fueron empleados en la campaña del terror también han sido utilizados para amenazar en Twitter a periodistas y activistas como Andrea Noel, Sanjuana Martínez o John Ackerman.  Además, como destaca atinadamente Adelaida Calleja, es revelador que la mayor parte de los mensajes fueron emitidos desde el Estado de México.

En la entrevista realizada a Benito Rodríguez, dos preguntas fundamentales fueron omitidas por El Financiero. ¿Quién pagó la campaña del terror?, ¿Se trata también de quienes pagan por amenazar a los mencionados periodistas y activistas?

Entrevistado por El Universal, Gonzalo Alonso, director de la consultora ClowderTank atinadamente señala que “para orquestar este tipo de terrorismo digital se necesita tiempo, intención y presupuesto”. Si el tema era desviar la atención de las propuestas por el “gasolinazo” en México se logró porque toda nuestra atención se desvió hacia los saqueos”.

La comunicación social oculta de este gobierno tiene un acentuado tufo setentero, aún en las redes sociales.

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