Decir que son más interesantes y más intensas las conferencias de prensa de Paco Jémez, de lo que resulta ver a su equipo en la cancha, dice bastante de su gestión al frente de Cruz Azul.

Cada vez que se sienta ante el micrófono termina irritado y confrontando a los reporteros.

Su discurso es repetitivo, sólo cambia el personaje al que debe responsabilizar en la ocasión: el árbitro, el rival, el sistema o los propios representantes de la prensa, pero lo del sábado anterior fue más allá: ante las lesiones de Julián Velázquez y Martín Rodríguez, le mandó un mensaje —con tonos amenazantes— a su directiva, al establecer que: “Si el club no hace algo al respecto, estaría cometiendo un error muy grave”. “El club tiene que sentarse y plantearse la idea de subsanar las bajas”, dijo.

Vamos poniendo las cosas claras: primero, Velázquez estaría de regreso en un mes, mientras que el chileno podría perderse hasta seis semanas; es decir, casi la mitad del torneo, por lo que no hablamos de dos bajas definitivas, y, segundo, esta clase de peticiones se hacen de otra manera, con otros tonos y en otro sitio; es decir, en privado.

Hasta hoy, a Jémez le han sobrado las palabras y le han hecho falta los resultados. Le han sobrado los responsables y le ha faltado asumir lo que le corresponde.

Hasta hoy, su gestión en México sigue siendo igual a las de su corta carrera como entrenador: con más malas que buenas, con más conceptos que realidades, con más teorías que resultados.

Parece temprano, pero no estaría mal irse planteando la posibilidad de que lo verdaderamente grave fue darle la oportunidad a alguien que por méritos e historial, simple y sencillamente no la merecía.

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***En la foto: Paco Jémez volvió a poner pretextos tras el empate ante Chivas. (CARLOS MEJÍA. EL UNIVERSAL)

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