Ha sido más promesa que realidad. Ha recibido más oportunidades de las que quizá merecería. Él ha sido más del futuro que del presente y nuestra mente nos ha permitido imaginar más de lo que la realidad nos ha estrellado en la frente.

La espera ha sido larga y a ciencia cierta, no se sabe cuánto más habremos de mantenernos en el mismo estado.

Porque al final sigue siendo el hombre del mañana: sí, quizá mañana se dé cuenta que el futbol le ha sido más fiel de lo que él le ha sido al futbol. Quizá mañana, cuando haga el recuento de los daños, se dé cuenta que hay una deuda pendiente, y que no es menor. Quizá mañana cuando esté consiente que el futbol le ha dado más de lo que merecería, pueda entonces reaccionar y aprovechar esta nueva oportunidad, aunque a juzgar por el pasado reciente podríamos pensar que nada cambiará. Y podemos, porque cuando tuvo la oportunidad de brillar con la Selección Mexicana, incluso en un Mundial, (Brasil 2014), falló.

Cuando Guadalajara apostó por él, perdió. León juró que de regreso en “casa” rescataría su carrera, y lo hizo en vano. Y en pleno descenso, milagrosamente llega a Europa, sí esa misma Europa con la que sueña todo jugador y para la que trabaja, se esfuerza, suda, sacrifica, esmera y empeña. Y si después de todo eso se suma la capacidad y una buena dosis de fortuna, entonces, el viejo continente les abre los brazos.

En su caso ha sido diferente, todo a la inversa y aún así, Europa ya le espera.

Gran talento, pero nula consistencia. Extraordinaria técnica, pero nula conciencia.

Sin esperarlo y sin merecerlo, pero ahí viene una nueva oportunidad en la carrera de Carlos el Gullit Peña, y es una grande, tan grande como el deseo de volver a verle el futbol que hace años mostró: diferente, atrevido y valiente.

Ultima llamada...

El futbol es noble, vaya que lo es...

HE DICHO

Miguel Gurwitz

NBC-Telemundo

futbol@eluniversal.com.mx

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