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Cuando parecía que la mesa estaba puesta en el Estadio Azteca para que América disfrutara de un triunfo más en el Clásico Nacional ante Guadalajara, simplemente se encontró con un grupo de jugadores fortalecidos por las circunstancias, dispuestos a dejar todo en la cancha para romper los pronósticos, no sólo por las grandes diferencias con que llegaban los equipos, sino por los últimos problemas extra futbol que se dieron en el interior del plantel tapatío.
Pero los Clásicos son así, todo puede suceder; ya la lluvia en la ciudad de México parecía un mal presagio para los capitalinos, sobre todo cuando Osvaldo Martínez cometió un grave error en la salida y abrió el camino al primer gol del doblete conseguido por un letal Omar Bravo, quien brindó una actuación determinante en el gran triunfo ante las Águilas. Los locales corrieron mucho, mas carecieron de ideas futbolísticas a pesar de que el árbitro Fernando Guerrero no concedió un gol legítimo que significaba el empate. De cualquier forma, se mostraron precipitados con el balón, erráticos en las pocas posibilidades de gol, desesperados por llegar al arco contrario al centralizar el juego por grandes lapsos de tiempo y desaprovechar las bandas, así como la superioridad numérica tras la expulsión de Carlos Salcido. El cuadro azulcrema no pudo vencer las dificultades de un visitante que se atrincheró con mucho orden para dar la mayor protección a su guardameta José Antonio Rodríguez, quien además apareció puntualmente.
De este modo, con la llegada del cuestionado Matías Almeyda, Chivas cambia radicalmente el panorama en todos los sentidos de una semana a otra. El técnico arribó como un verdadero levanta muertos para rescatar poco a poco a los jugadores lesionados, reforzar su confianza al transmitir un mensaje con un ánimo a prueba de balas, que le permite al conjunto presionar con rapidez al rival en diferentes sectores del campo, así como sincronizar los recorridos a lo ancho y largo de la cancha para salir a velocidad al frente.
Por lo pronto y sin echar las campanas al vuelo, está claro que a partir de la llegada del nuevo pastor del Rebaño, se da una conexión increíble en todos los ámbitos del equipo, que esperemos sea una constante y los lleve a buen puerto. Primero para levantar con puntos la posición en el cociente y confirmar la permanencia en Primera División, con la esperanza de que los resultados sigan en esa dirección para que el proyecto cuaje a largo plazo y, sobre todo, con la incógnita de saber si este será el paradigma definitivo del indescifrable Jorge Vergara.
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