Terminará, dentro de unos días, el año 2016, que bien puede ser definido como un año cataclísmico. Hace mucho que no se juntaban, en apenas 365 días, tantas y tan malas noticias.

Parece ser que la sinrazón, el desasosiego, la estupidez lisa y llana, se apoderan cada vez de más seres humanos alrededor del planeta. Ningún país está a salvo. Lo mismo afecta a naciones desarrolladas como Estados Unidos, que a países periféricos como México o Colombia.

Nadie hubiera creído, hace un año, que Donald Trump ganaría las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Y ahí está, sin cambiar ni un ápice su retórica llena de sexismo y xenofobia, totalmente inculto, carente de tacto, absolutamente inmerso en conflictos de interés, incapaz de dominar sus ansias de criticar a los que no lo adulan a través de Twitter. Un desastre. Una vergüenza mundial, que puede generar consecuencias desastrosas para México y para el mundo.

Nadie hubiera pensado, tampoco, que un país culto y avanzado como Inglaterra daría el tremendo paso de salir de la Unión Europea. El llamado Brexit demuestra que la solidaridad del proyecto europeo y la construcción de instituciones comunes no están en la agenda de muchos ciudadanos británicos. Su adiós a la Unión Europea puede ser el principio del fin de ese noble sueño que quiso ver a una Europa unida, que evitara las guerras que caracterizaron la primera mitad del siglo XX y que costaron millones de vidas. Si en las próximas elecciones presidenciales en Francia triunfa el Frente Nacional de Marine Le Pen, ya podemos ir cavando la tumba de la Unión, dado el previsible triunfo del Frexit que la candidata del partido xenófobo de ultraderecha está proponiendo.

Si nos hubieran preguntado sobre el tipo de cambio entre el peso y el dólar a principios de 2016 nadie hubiera advertido que estaríamos viendo tasas de cambio cercanas a los 21 pesos por cada dólar. Y cuidado, porque a partir del 20 de enero puede haber otro derrapón del peso. Hay quienes dicen que puede llegar el tipo de cambio a 25 pesos. Las consecuencias para una economía como la mexicana, tan dependiente de nuestra vecindad con Estados Unidos, terminarán siendo muy negativas para los bolsillos de millones de familias en nuestro país.

Aparte de los temas económicos, en México abundaron también las malas noticias. Los datos sobre la criminalidad siguen empeorando (cerraremos el año con más de 18 mil homicidios, el peor dato en lo que va del gobierno de Peña Nieto), los reportes de personas desaparecidas no cesan, la trata y el tráfico de personas se mantienen imparables. Además, el Ejército mexicano pide un reconocimiento legal a su inconstitucional presencia en las calles o un regreso a los cuarteles. El general Cienfuegos advierte que los militares no estudiaron para realizar actividades de seguridad pública. Tiene toda la razón. Lo lamentable es que del lado de las instituciones policiacas nadie se haya dado por aludido y todos hayan mirado hacia otro lado.

Los escándalos de corrupción ocuparon durante meses las primeras planas de los periódicos nacionales. El asalto al presupuesto público de Veracruz y los abusos de poder en Quintana Roo desafían la imaginación de cualquier novelista. Muchos nuevos gobernadores prometieron meter a la cárcel a sus antecesores, pero de momento nada se ha visto. No lo ha logrado el Bronco en Nuevo León con Rodrigo Medina, ni hay rastro de Javier Duarte o de Roberto Borge.

Otra mala noticia: Elba Esther Gordillo ganó su caso por la acusación de fraude fiscal por un monto de 4,300 millones de pesos. Es inexplicable que la PGR hay hecho tan pésimo trabajo en ese caso y que un monto tan alto de recursos le vaya a ser devuelto a la maestra Gordillo, tan pronto como salga libre de las otras causas que hay en su contra (es cuestión de meses para que salga exonerada ya sea en el juicio ordinario que se le sigue o a través de un amparo, desde mi punto de vista). Estamos en presencia de una tremenda ineficacia de nuestras autoridades.

En fin, la lista podría seguir. No cabe duda que fue un año lleno de sorpresas. Un año que se va sin dejar apenas buenas noticias. Esperemos que el 2017 sea mejor para todos. Muchas felicidades a los queridos lectores.

Investigador del IIJ-UNAM.
centrocarbonell.mx

@MiguelCarbonell

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