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“La revolución se ha extendido en casi todos los estados; muchas naciones, antes buenas amigas de México, rehúsanse a reconocer su gobierno, por ilegal; nuestra moneda encuéntrase depreciada en el extranjero; nuestro crédito en agonía; la prensa de la República amordazada o cobardemente vendida al gobierno y ocultando sistemáticamente la verdad; nuestros campos abandonados; muchos pueblos arrasados y, por último, el hambre y la miseria en todas sus formas, amenazan extenderse rápidamente en toda la superficie de nuestra infortunada patria”.
Esta descripción de la realidad mexicana que se escribió hace 100 años (aunque en un siglo prácticamente nada ha cambiado) corresponde a un párrafo de aquel memorable discurso que pronunció el doctor chiapaneco Belisario Domínguez ante la Cámara de Senadores el 23 de septiembre de 1913, en contra del dictador y asesino Victoriano Huerta, de quien fue un férreo opositor por su usurpación a la Presidencia de la República y por cuyo escrito este senador de la República fue torturado y asesinado.
El crimen se cometió 14 días después de aquel discurso pronunciado ante la tribuna del Senado, la noche del 7 de octubre de 1913, cuando Belisario Domínguez fue secuestrado de la habitación del hotel donde se hospedaba y conducido al cementerio de Xoco, en Coyoacán, donde se le martirizó y asesinó cruelmente. Sus verdugos (Gilberto Márquez, Alberto Quiroz, José Hernández Ramírez y Gabriel Huerta) sepultaron el cadáver, pero antes el doctor Aureliano Urrutia, enemigo de Belisario Domínguez, le cortó la lengua y se la envió como “trofeo” al traidor Victoriano Huerta. En la investigación se descubrió la verdad y su asesinato fue un factor decisivo en la caída del régimen del dictador, quien antes disolvió el Congreso y encarceló a 90 legisladores.
Por su defensa de la patria y en memoria de este honroso mexicano, desde 1954 el Senado de la República entrega la Medalla Belisario Domínguez: “instituida para reconocer a hombres y mujeres mexicanos que se han distinguido por su ciencia o su virtud en grado eminente y como servidores de nuestra patria o de la humanidad”.
Cien años después, un grupo de senadores priístas, panistas y perredistas —que más parecen adoradores de Huerta que simpatizantes de Belisario Domínguez— decidieron, de espaldas al pueblo, otorgar tal distinción a su admirado Alberto Bailleres, magnate que junto con Carlos Slim y Germán Larrea encabezan la lista de los hombres más ricos del país y que, coincidentemente, los tres han hecho fortuna con la explotación de minas y sus trabajadores, exactamente lo que denunciaba el legislador chiapaneco.
El galardón entregado ayer fue una propuesta que provino de la bancada del PRI, pastoreada por Emilio Gamboa Patrón —quien todo negocia y si no pregúntenle a Kamel—, y a ella de inmediato se sumaron los senadores panistas. Y la razón es porque los beneficiarios de la “filantropía” de Bailleres son los candidatos priístas en tiempos electorales, no encuentro otra explicación más clara.
Para entregar tal distinción que lleva el nombre de un destacado luchador social, que dio su vida por la democracia, la libertad y la justicia, a los senadores no les importó la enorme desigualdad social que hay en el país, factor principal de la pobreza que abate a la mayoría de la población.
Bailleres es el segundo hombre más rico del país y el 32 a nivel mundial. Ha conformado su riqueza de la extracción de minerales preciosos, una industria que tiene más de 31 mil concesiones y que a su paso deja conflictividad social y despojo; miles de comunidades han sido saqueadas y contaminadas para enriquecer más a trasnacionales y a empresarios mexicanos como Bailleres.
Para 2017 y 2018, los mismos senadores ya tienen a sus candidatos para la medalla, en un sentido totalmente contrario a su propósito y espíritu original: Carlos Slim y Germán Larrea.
PUNTOS SUSPENSIVOS... Detrás del escándalo por los problemas técnicos en la emisión de pasaportes y en donde la bancada del PAN en el Senado presiona a la novata canciller Claudia Ruiz Massieu para que rescinda el contrato que por más de mil millones de pesos le otorgó a las empresas lideradas por Veridos México, está el interés en que otra de las empresas favoritas del panismo (Vangent México, que estuvo involucrada en el programa Enciclomedia) ocupe su lugar; sin embargo, las secretarías de la Función Pública, de Relaciones Exteriores y de Hacienda, esta última por conducto del SAT, ya compulsan todos los contratos presentados y ahí encontrarán algunos documentos apócrifos y algunos conflictos de interés que van a poner nervioso a más de uno. De esto escribiremos la próxima semana.
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