Miguel Badillo

El perfil criminológico de El Chapo

“Una de sus fortalezas es la tolerancia a la frustración, por lo que la venganza no es un hecho que ejecute con la inmediatez de una persona impulsiva, su respuesta es calculada, pero insistente”

14/07/2015 |01:50
Redacción El Universal
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Joaquín Guzmán Loera acumula un gran odio contra la sociedad. Es vengativo, calculador, inteligente, y cuando él y su familia son agredidos, utiliza todos los medios a su alcance para vengarse en el momento más oportuno; su reacción es calculada para hacer el mayor daño posible.

El perfil criminológico de El Chapo define con claridad la personalidad y el pensamiento del criminal que más se ha fugado de penales de “alta seguridad”: nació en Culiacán, estudió hasta el 6º grado de primaria, es casado y está acusado de ser autor intelectual y material de los delitos de homicidio, cohecho, asociación delictuosa, evasión de presos y delitos contra la salud como posesión de cocaína y de psicotrópicos (Diazepan).

El estudio de peritos psicólogos en criminología de la PGR sostiene que “es considerado un individuo de alta peligrosidad, que define claramente sus metas y la forma de alcanzarlas, utilizando sus habilidades de planeación, organización, negociación y proyección al futuro; siendo él mismo responsable directo de la planeación y seguimiento de sus acciones para concretar exitosamente sus objetivos.

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“Su tenacidad es producto del sentimiento de inferioridad que le produce el factor endógeno concerniente a su baja estatura de 1.55 metros, que refleja mediante una expresión de superioridad intelectual y de ambición desmedida por el poder.

“En su realidad interna no existe la culpa; se reconoce a sí mismo como un líder con buenos sentimientos; su rol en la organización criminal se perfila como autor intelectual, pero sin necesidad de la operación directa, esto con el objeto de mantenerse a salvo de detenciones y atentados. Tiene necesidad de liderazgo, controla de manera adecuada su entorno, es obsesivo pero mesurado durante sus actos vindicativos, que son orientados al fortalecimiento de la estructura.

“El éxito de sus acciones radica en sus habilidades para manipular su entorno y anticiparse a las reacciones de sus antagonistas. Lo caracteriza su egocentrismo, lo que lo lleva a pretender mantenerse en el centro de atención e importancia al interior de su grupo, para conservar el mando y al exterior para denotar superioridad.

“Encuentra fortaleza en la generación natural de sentimientos de dependencia y lealtad hacia su persona, para crear un entorno de complicidad en el que él resulta ser el más beneficiado, a grado tal que el compromiso de sus dominados podría llevarlos a sacrificar su propia integridad física por resguardar la de él o la de su familia. La traición es un factor detonante de la agresividad que imprime a sus acciones, no le interesa ocultar su autoría, pero es reservado para aceptar su responsabilidad directa o indirecta.

“Cumple sus compromisos, pero también sus acciones de venganza. Es seductor, en apariencia espléndido y protector, genera círculos de confianza, garantiza el éxito de la estructura mediante la identificación y permanencia del grupo. Sin embargo, no es indulgente con sus detractores y no vacila en romper alianzas; este factor pasa desapercibido entre su círculo principal por las muestras de solidaridad que tiene con ellos; infundiendo al mismo tiempo al resto del grupo temor reverencial.

“Una de sus fortalezas es la tolerancia a la frustración, por lo que la venganza no es un hecho que ejecute con la inmediatez de una persona impulsiva, su respuesta es calculada, pero insistente, su visión es dañar a su adversario utilizando sus debilidades para producir el mayor daño posible. Su capacidad de análisis y de recuperación es elevada, por lo que sus debilidades las transforma en fortalezas que le permiten superar inmediatamente los problemas que enfrenta.

“En ese sentido se observa que algunas de sus debilidades son el temor a la pérdida de lo que considera sus logros, en primera instancia su libertad, lo que le produciría un estado depresivo; en segundo lugar la pérdida de algún miembro de su núcleo primario podría desencadenar una venganza planeada pero devastadora y ejemplar para los responsables. Su necesidad de convivencia social puede llevarlo a la pérdida de su bien más preciado, que es la libertad”.

oficiodepapel@yahoo.com.mx