Hoy, en Chihuahua, Javier Corral Jurado rendirá protesta como nuevo gobernador de esa entidad. Llega al Palacio de Gobierno —que no a la Casa de Gobierno, porque seguirá viviendo en la casa de siempre con su esposa Cinthia Chavira— en su segundo intento. El primero fue hace 12 años, en 2004, cuando perdió ante el priísta José Reyes Baeza.

Tuvieron que pasar las gestiones de Patricio Martínez, Reyes Baeza y César Duarte para que el PAN regrese a gobernar esa entidad.

Su primer gobernador de Acción Nacional fue Francisco Barrio, de 1992 a 1998.

Corral Jurado dice que está resuelto a hacer un gobierno que sea referencia en el país, que cambie paradigmas. ¿A qué se refiere?

Bueno, sin duda a una mayor participación ciudadana, a no ser un gobernador “virrey” (como lo son casi todos ahora); un gobierno que le dé peso a los derechos humanos; que sea transparentísimo en temas de derecho a la información y también de gastos de comunicación. Y sí, también quiere una nueva Constitución estatal.

Ayer presentó a quienes serán los integrantes de su gabinete. En la Coordinación Ejecutiva del gabinete está el ex líder nacional del PAN, Gustavo Madero; su secretario general de Gobierno será el ex senador panista César Jáuregui Robles (uno de sus hermanos fue asesinado en Ciudad Juárez en mayo pasado). Un gabinete con paridad de género: mitad mujeres y mitad hombres.

Si hoy no ve en la toma de posesión a César Duarte es porque, según él, no lo habían invitado. En su último día como gobernador, César Duarte inauguró el Salón Gobernadores y develó su retrato instalado en la galería donde están el resto de los mandatarios, también inauguró una serie de frisos que relatan la historia de esa entidad, y también pasó lista a los cuerpos policiacos.

¿Y qué hará a partir de hoy?

Ayer respondía:

—No soy de mecedoras, sino de paso redoblado.

Lo cierto es que gran parte de los chihuahuenses consideran —y fue algo que el mismo Corral alentó en su campaña— que uno de los primeros hitos de su gobierno será meter a la cárcel a su antecesor priísta.

Nuevo shock en el mundo: ganó el No en Colombia. Este fin de semana, solo 38 por ciento de los habitantes de ese país salió a votar un referendo sobre un acuerdo histórico: el acuerdo de paz que el pasado 26 de septiembre firmó el gobierno de ese país, encabezado por Juan Manuel Santos, con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, las FARC.

Para lograr este acuerdo se llevaron cuatro años de negociaciones; era un conflicto de ya cinco décadas.

Este domingo por el Sí, votó el 49.78 por ciento de la población que participó en el plebiscito; contra el 50.21 por ciento que dijo No. Ni un punto de diferencia.

Lo más grave, como ayer apuntaba Martín Caparrós, fue el nivel de abstencionismo, que alcanzó más que los votos del Sí y el No juntos: el 62 por ciento de la población que al decidir no decidir…. decidieron. ¿Por qué nos importa tan poco el voto que tanto tardamos en defender?

Desde que la leí en Facebook, me da vueltas algo que escribió Eileen Truax: “El resultado del referendo en Colombia nos obliga a revisar la relación entre el perdón, memoria y justicia. Los tres atraviesan en camino de la paz”.

Era muy sorprendente saber que en las zonas que más vivieron de cerca la guerra ganó el Sí; en zonas urbanas primó el No.¿Y ahora? Santos dice que el cese al fuego continúa; Rodrigo Londoño —Timochenko—, líder de las FARC dice que mantienen su voluntad de paz. Seguirán promoviéndola, pese al golpazo. Recientemente van dos casos donde la voluntad ciudadana se impone a la decisión del gobierno, El Brexit y este plebiscito trascendental. ¿No todo debe consultarse? ¿Cómo resolvemos casos así con la aspiración de una democracia más participativa? Sólo falta que gane Donald Trump.

Desde ayer, en el Senado inició el Encuentro Nacional sobre el Sistema Nacional Anticorrupción, convocado por la Auditoría Superior de la Federación.

¿Sabe cuántas denuncias ha presentado este organismo en los últimos 3 años? Setecientas, por un monto de 10 mil millones de pesos. De acuerdo con Juan Manuel Portal, titular de la ASF, casi todos los gobiernos estatales están en las denuncias presentadas ante la Procuraduría General de la República.

Uno de los estados con más anomalías es…. ¿adivina? Sí, Veracruz. En la gestión de Javier Duarte se han detectado anomalías por unos 35 mil millones de pesos.

Desde ayer y hasta el próximo jueves en el Senado se recibirán las propuestas de organizaciones de la sociedad civil especializadas en temas de lucha contra la corrupción e instituciones de educación superior para proponer a los 9 integrantes del grupo de notables –las OSC propondrán a 4 y las instituciones a 5-- que habrán de elegir a los integrantes del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción.

No es cosa menor este Comité. Uno de sus integrantes encabezará el sistema en su conjunto. Ellos podrán proponer al Comité Coordinador del Sistema Nacional Anticorrupción, medidas de fiscalización y control de recursos públicos, serán una especie de enlace entre las organizaciones de participación ciudadana que combaten la corrupción y el SNA.

Cosas de la política, quienes estarán al frente del proceso de elección serán “Los Yunes”, el panista Fernando Yunes Márquez, presidente de la Comisión de Justicia –e hijo de Miguel Ángel Yunes, gobernador electo de Veracruz--, y Héctor Yunes Landa, presidente de la Comisión Anticorrupción y Participación Ciudadana y… ex candidato del PRI a dicha gubernatura.

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