El PRI ha cambiado. ¿Usted querido lector, lectora cree que es el mismo partido al que se le podía tirar línea y, en el Legislativo, votar sólo alzando el dedo?, ¿que el Presidente, “el primer priísta”, decidía todo? Si es así, vive en el error, ¡póngase al día!

Primer dato: abrieron los ojos y descubrieron que, oh, podía haber corrupción en entidades gobernadas por ellos mismos y las van a combatir. (Bueno, eso dicen: ya hasta abrieron expedientes para ver si expulsan a gobernadores como Javier Duarte, Roberto Borge, César Duarte y el ex gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina).

¿Que ellos se reservan aún el derecho a hacer públicas sus declaraciones patrimoniales, de intereses y fiscal? Bueno... los cambios tardan. Recuerde que la corrupción “es cultural”. Ni en el Comité de Ética y prevención del conflicto de interés de la Presidencia (creado por EPN) le han hecho caso: sólo 4 de 30 miembros.

Otro dato más: como nunca antes, los 208 diputados federales priístas y sus 55 senadores descubren que... ¡no porque el Presidente haya mandado una iniciativa la tienen que apoyar! Es más, quizá ni la presenten a dictaminar.

Me refiero a la que haría posible en todo el país el matrimonio entre dos personas, cualquiera que sea su sexo.

Es decir, en el PRI soplan vientos de libertad. Sino, ¿cómo entender que en el más priísta de los estados, el Estado de México, cuna del Presidente, abucheen a Aurelio Nuño como lo acaban de hacer?

Lo único que no entiendo entonces es por qué Enrique Ochoa Reza es su presidente nacional a pesar de críticas de militantes, sin elección alguna, como candidato único.

¿O es sólo que en Los Pinos ya se arrepintieron tras las críticas de la Iglesia y grupos conservadores? ¿No es extraño que sea el mismo Revolucionario Institucional que en Aguascalientes anda en busca de anular el triunfo del panista Martín Orozco Sandoval, argumentando que hubo injerencia ilegal de grupos religiosos?

Si en el PRI “deciden” que no quieren discutir el matrimonio igualitario, en el PAN ya tienen un aliado poderoso. Todo está listo para que el panista Javier Bolaños Aguilar se convierta en el próximo presidente de la Cámara de Diputados. Compartirá el año que le toca al PAN con su compañera Guadalupe Murguía Gutiérrez.

Ha tenido diversos cargos en Morelos, donde fue secretario general de la Comisión Estatal del Agua y Medio Ambiente durante el gobierno de Sergio Estrada Cajigal. También fue diputado local.

Pero, ojo, el próximo presidente de la Cámara de Diputados es un férreo opositor al matrimonio entre personas del mismo sexo. En julio pasado fue uno de los participantes en la marcha a la que convocó para ello el “Movimiento Morelense por la Familia”.

Sin embargo, descansé al escuchar a Ricardo Anaya decirle a Denise Maerker que para nada es un hombre de derecha:

—Su posición, porque yo lo he hablado con él, ha sido una posición moderada (...) Te garantizo que es alguien con posiciones de centro que va a tener la capacidad de representar la pluralidad que representa la Cámara de Diputados.

¡Ah ca...ray! Así que éste es el de centro. Habrá que pedirle a alguien que nos explique cómo es que son los panistas de derecha entonces. O los de extrema derecha.

Lástima por los que estaban esperando la invitación para asistir al mensaje que en los últimos tres años había encabezado el presidente Enrique Peña Nieto a inicios de septiembre.

Lo que sucederá la próxima semana (el jueves de 8 a 9 de la noche en cadena nacional) será un encuentro con cerca de 300 jóvenes y no con mil 500 invitados en Palacio Nacional.

Interesante es que estos jóvenes “que han destacado en diferentes áreas” le harán preguntas consensuadas (según una primera versión periodística). Mmmm.

Así que consensos. Esta columna, que siempre dispuesta a ayudar, sugiere algunas que lo podrían crear (consenso en Los Pinos):

—Presidente Peña, ¿cómo podemos hacerle los jóvenes para no dejarnos influenciar por información negativa, frívola, que ocasiona que lo bueno casi no cuente, aunque cuenta mucho?

—Abogado Peña, ¿qué opina de las nuevas tecnologías de la información con las cuales podemos hacer una tesis sin que las comillas se pierdan?, ¿cómo nos benefician éstas a los jóvenes que soñamos con llegar a la primera magistratura?

•¿Verdad, señor presidente, que en su gobierno hay un verdadero compromiso con la transparencia y cero conflictos de interés?

•¿Además de las necesarias y exitosas reformas estructurales que su gobierno impulsó, de qué más se siente orgulloso?

• Don Enrique Peña Nieto, ¿por qué pese a que usted tan amablemente ha hecho un esfuerzo sobrehumano otorgado apoyos al campo, los campesinos siguen quéjese y quéjese y no hacen nada por salir adelante?

• Presidente, su compromiso con los derechos humanos ha sido palpable, ¿qué le responde a quienes no lo ven así?

• ¿Verdad, Presidente que las televisoras no hacen Presidentes y eso es una leyenda urbana como bien dijo Emilio Azcárraga?

• ¿Qué se siente ser el presidente más guapo de nuestro continente y quizás del mundo, sólo rivalizando con Justin Trudeau? ¿Cómo le hace todos los días, además de hacer ejercicio, para mantener su cabello en perfecto estado?

• Presidente, por favor mande un saludo, un reconocimiento a su señora, Angélica Rivera, gran Mexicana.

Fin de la contribución desinteresada. Aunque, la verdad, me encantaría NO escuchar alguna de estas preguntas en el programa citado. Ojalá sea, también, en vivo para que no haya sospecha (o haya sorpresas).

Eduardo Sánchez, vocero presidencial, ha dicho que no hay “línea” alguna y que solo les han pedido a los jóvenes entre 15 y 30 años que sean breves para que haya más interacción. Veremos.

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