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Mañana se cumplen 15 años de la muerte de El Profe Carlos Hank González. Sin duda uno de los políticos más emblemáticos del Estado de México del siglo pasado, parte importantísima de la cofradía, siempre negada, del Grupo Atlacomulco del cual es parte nuestra actual clase política gobernante, comenzando por nuestro presidente, Enrique Peña Nieto.
Es un buen día para recordar algunas de sus frases y enseñanzas hoy que de nuevo un escándalo inmobiliario toca a Los Pinos y en donde está patente una extraña generosidad de parte de un empresario que paga impuestos y presta un departamento para el uso de la familia presidencial.
Hank nació en Santiago Tianguistenco, Estado de México. Egresó de la Escuela Normal del Estado de México, obteniendo maestría en Ciencias Biológicas. Tuvo una carrera política notable: presidente municipal de Toluca, director de Gobernación del Estado de México, director de Conasupo, diputado federal, gobernador del Estado de México, jefe del Departamento del Distrito Federal (cuando lo nombraba el Presidente), secretario tanto de Turismo como de Agricultura y Recursos Hidráulicos. No pudo ser considerado candidato a la Presidencia por un obstáculo constitucional, hoy ya desaparecido, el Artículo 82 (después conocido como Ochenta y Fox), que negaba ese derecho a mexicanos cuyos padres no hubieran nacido, también, en México.
Su primer negocio fue una fábrica de chiclosos y natillas en 1949, fundada con un grupo de amigos.
Su negocio de camiones inició con una camioneta, con la cual distribuía sus dulces; un camión que distribuía refrescos y una pipa, con la que prestaba servicios a Pemex.
Posteriormente fue concesionario de la firma Mercedes Benz en nuestro país, accionista en Inverméxico y consejero del Grupo Financiero Interacciones, entre otros muchos negocios.
Una de las frases más acuñadas que se le recuerda es la sentencia que muchos políticos siguen considerando una condición necesaria hoy por hoy (pese a vivir en un país en donde cada día tenemos más transparencia e incluso es ya una demanda social presentar declaraciones patrimoniales, de intereses y fiscales): “Un político pobre es un pobre político”.
Pero hay más reflexiones interesantes sobre la política y el empresariado hechas por Hank que vale la pena recordar. Muchas las tomo de Relato de una vida. Conversaciones con Carlos Hank González, editado en 1999. Una serie de conversaciones con Fernando Benítez que hizo algo parecido a sus memorias (él no quiso hacer las suyas porque, decía, lo que todos querrían que contara no lo diría y lo que él quería decir a pocos les interesaría. Aún así hay un borrador en poder de su familia).
Le dijo a Benítez sobre el origen de su fortuna:
—Te estoy contando la historia de la fortuna que algunos dicen saqué de la política, del uso de influencias o de malos manejos, que son estupideces… Mis amigos opinan que soy muy generoso... porque son mis amigos. Será porque jamás he amado el dinero; siempre pensé en ganar dinero y ya has visto que desde niño hice negocitos, y ya después negocios y más tarde negociotes. No amo el dinero, pero me gusta vivir bien; y vivir bien cuesta dinero. A mí no me pesa desprenderme ni del dinero ni de las cosas. Entonces, si puedo obsequiar a alguien, lo hago con mucho gusto
Teniendo su empresa de transporte, la cual prestaba servicio a Pemex, fue nombrado director de Conasupo por el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz.
Él pensó deshacerse de esas empresas. Posiblemente consideró hacerlo para no generar conflicto de intereses.
El presidente dio una orden, se dice en la conversación con Benítez:
—¡Se lo prohíbo! ¡Esa empresa es el patrimonio de sus hijos! ¿Cómo me sale usted con que va a vender el patrimonio de sus hijos? Estoy absolutamente seguro que usted nunca va a usar su influencia como funcionario público para su negocio. Lo ha hecho sin influencia. Pues lo seguirá manejando sin influencia. No la venda.
Y el fundador del Grupo Atlacomulco, como buen priísta, atendió la instrucción del entonces (y ahora) líder máximo.
Pero no fue al único presidente al que El Profe le comentó la venta de sus empresas.
También en Relato de una vida. Conversaciones...comentó que en el sexenio de José López Portillo sucedió una situación semejante, pensando en que podía aspirar a la candidatura presidencial. La respuesta presidencial fue en el mismo sentido:
--Yo le pido que no venda su grupo de empresas, al contrario, hay que fomentar grupos empresariales...No la venda, déjela en manos de su hijo. Y aprovecho para decirle: no quiero que se deshaga de sus empresas por razones políticas. Se lo digo con toda honestidad: no voy a reformar el artículo 82 Constitucional.
Pero no sólo pensó en su familia sanguínea, sino en la familia política. Tan es así que al finalizar su gestión como gobernador mexiquense, dejó lo que se conoce como “pliego de mortaja”, que consistía en 3 recomendaciones: cuidado del agua en la entidad, cuidar la integridad territorial. Pero la tercera parece ser la base del sistema político mexiquense:
--Cuiden de manera especial la unidad política del estado...en el Estado de México la unidad política es completa y cuando es necesario actuar en defensa del estado para su desarrollo y progreso, todos los políticos acudimos a la orden del gobernador.
Mejor enseñanza no pudo dejar a la clase política príísta mexiquense. ¿O acaso hemos visto a algún ex gobernador abandonado cuando cae en desgracia? No sé por qué se me vino a la memoria el nombre de Arturo Montiel, por ejemplo. Ni entonces.
De acuerdo con sus memorias, en la parte final del sexenio de Carlos Salinas de Gortari, El Profe declaró:
----Me he alejado, en definitiva, de lo que ha sido la pasión de mi vida: la política. El dinosaurio se va... Nunca más ocuparé un cargo en el gobierno…
Posteriormente rectificó y dijo que el retiro era de los cargos públicos más no de la política, que describió como “un virus que se halla en mi sangre desde hace 42 años”.
Y entrando en coyuntura, en vísperas de las elecciones para elegir gobernador del Estado de México el próximo año, no está por demás recordar lo que el propio Hank González declaró en torno a cómo fue su campaña por ese cargo:
--Mi campaña para gobernador la pagó José Cruz, con dinero de nuestras empresas camioneras. Jamás recibí un centavo ni del partido, ni del gobierno, para mis campañas.
En mayo de 1995, en medio de presiones de Estados Unidos para que el gobierno mexicano diera a conocer la lista de políticos con nexos con el narcotráfico, Carlos Hank González dio una entrevista a Tom Gjelten, para la National Public Radio, de Estados Unidos.
Ahí, El Profe declaró:
--Hacer un chivo expiatorio sería cometer injusticia, en vez de hacer justicia. Y hacer eso por presiones, sería infame. Nunca ocurrirá en mi país. Nunca ha ocurrido y no ocurrirá.
Lo dijo en la coyuntura de que senadores estadounidenses exigían a las autoridades mexicanas dar a conocer el nombre de políticos que tuvieran nexos con el narcotráfico.
Días más tarde, su hijo Jorge Hank Rohn era detenido en el aeropuerto capitalino, acusado de tráfico de pieles y especies prohibidas.
Jorge fue alcalde de Tijuana y también candidato del PRI a gobernador de Baja California, contienda en la que perdió. Estuvo casado con María Elvia Amaya, quien falleció en septiembre de 2012. Es público su gusto por los animales, muestra de ello es su zoológico privado en aquella ciudad fronteriza. Por cierto una de sus frases más controvertidas que aún se le recuerda fue cuando dijo que “la mujer” es su animal preferido.
Carlos Hank Rohn encabezó los negocios de la familia, como Grupo Interacciones, Grupo Hermés.
Recientemente su nombre apareció dentro de la investigación de los #PanamáPapers, al prevenir a empresarios de hacer negocios con él, debido a “la información negativa relacionada con este individuo y su familia”. Hank Rohn había intentado hacer negocios con la firma Mossack Fonseca.
De acuerdo con la lista de millonarios de Forbes de todo el mundo, en 2015 estuvo en la posición 782, mientras que en el 2016 se colocó en el lugar 854. A nivel nacional está en el número 9, con una fortuna cercana a los 2 mil millones de pesos.
Actualmente su hijo, Carlos Hank González (quien heredó el nombre del abuelo cuando su padre se casó con una hija del banquero Roberto González), es presidente del Consejo de Administración de Grupo Financiero Banorte, y es parte del Consejo de Administración de Grupo Gruma.
Ayer sufrimos un déjà vú. The Guardian publicó una nueva investigación acerca de un nuevo escándalo inmobiliario que rodea a la familia presidencial: un departamento en Miami que habita Angélica Rivera, la esposa del presidente Enrique Peña Nieto, quien apenas el pasado 18 de julio pidió por los errores (nuestros, de percepción, porque todo es legal) cometidos al adquirir la Casa Blanca.
Resulta que al departamento que ya sabíamos que tiene Rivera se suma otro que un empresario (¿generoso y desinteresado?) le presta a la familia para el uso, parece, de sus guaruras cuando viajan. También el empresario, cómo por qué no, le paga los impuestos.
El departamento 404, también al uso de la familia, es propiedad de Grupo Pierdant, fundado por Ricardo Pierdant, un empresario quien está en la pugna por desarrollar puertos marítimos.
Sobre Ricardo Pierdant Grustein, The Guardian destaca que su hermana Aurora Pierdant fue despedida en 2011 de PEMEX por la detección de anomalías en la asignación de contratos en el área de Exploración y Producción. De acuerdo con sus anteriores declaraciones patrimoniales fue directora corporativa de DICONSA, asesora en la Coordinación de la Descentralización Educativa de la SEP, y directora general de Asuntos Jurídicos de la SEP (1993) y de la desaparecida Secretaría de Energía, Minas e Industria Paraestatal (1991-1993). También se desempeñó en la dirección de Educación Superior del INBA
Si en la Casa Blanca, las casas ubicadas en Sierra Gorda 150 y Paseo de las Palmas 1325 compartían la misma línea telefónica, en los departamentos 304 y 404 de Ocean Tower One sucede lo mismo, y en ambas direcciones se puede enviar correspondencia para Rivera.
Qué generosidad.
katia.katinka@gmail.com
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