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Con la industria del disco tan caída y ya colapsando sin remedio por haber apostado tardíamente por las plataformas digitales, aparte de haber descuidado el catálogo y con producto físico sin su peso real, no sorprende que muchos grupos y bandas nuevas no sólo ya no confíen en las propuestas de las disqueras para el desarrollo de talentos nuevos (que hace años que no lo hacen ya), sino que ya no las tomen en cuenta absolutamente para nada.
Tan mal están las disqueras transnacionales que, salvo lo que tienen en catálogo, ya han dado de baja a grupos que otrora eran gallos de pelea al producto extranjero como Café Tacvba y Caifanes. Por otro lado, las independientes, salvo algunas, no cantan mal las rancheras, porque más que compañías desarrolladoras de nuevos talentos, funcionan más bien como distribuidoras. Muy pocas se atreven a verdaderamente dar la cara por los nuevos grupos más allá de poner sus discos en las tiendas. Por eso éstos han aprendido a manejarse solos y volverse ellos mismos independientes en lo concerniente a la grabación y maquila de sus productos.
Su material suele venderse en sus propias tocadas, conciertos y algo de redes sociales y sus tirajes (que por lo general rayan en tiros de 500 o mil) si se mueven bien dan lugar a reimpresiones de sus CD’s. Por eso resulta muy saludable aunque de manera alternativa recibir discos de bandas que, si la industria del disco funcionara como debería de ser (que a estas alturas ya es ciencia ficción) podrían dar menudas sorpresas.
A esta camada de independientes pertenecen bandas como Los Bartolina, María Robot y Matilde Band por citar a solo tres de las más pujantes y prometedoras en un escenario ideal. Los Bartolina, trío vuelto por el momento dúo (Humberto Herrera y Alfredo Espinosa) combina el rock alternativo de su primer disco homónimo de relatos cotidianos con instrumentos clásicos y percusiones mexicanas en un curioso retro 80, cargando bajo el brazo un currículo de lo que han hecho de 2015 a la fecha. Su nueva producción discográfica (Infinito) estará circulando a partir del próximo año.
María Robot, con un álbum de 11 temas en CD de esmerado diseño (hasta podría pasar como importado) con mezcla londinense, basa su potencial sonoro en las fronteras de lo electrónico y lo industrial. El cuarteto que conforma el concepto está integrado por Yenerala, Cha Baeza, Jorge Martínez y Edgar Chino. Ellos mismos producen, graban, maquilan y venden sus discos de alucinantes y sorprendentes sonidos con coproducción y sintes adicionales cortesía de Panoptica Orchestra.
Matilde Band, por su parte fusiona con gran tino una mezcla de rock, pop, jazz y funk en una atrayente fusión. El grupo formado por Matilde, Mad Rapsodia, Alonso Rodríguez, José de la Parra, Ulises Corte, Pavel Acevedo, Jorge Samperio y Carlos Sánchez, apuesta por la originalidad trilingüe de su concepto musical en empaque de CD importado. Un sonido que en verdad puede sorprender a todos, menos a los sordos de las disqueras establecidas. Atrévanse a oír a estas nuevas bandas.
pepenavar60@gmail.com