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El esperado testimonio de James Comey, ex director del FBI, ante el Comité de Inteligencia del Senado, es una bomba expansiva; no defraudó, al contrario, sacudió a Estados Unidos al mostrar la peor cara de Donald Trump.
Momento crucial fue cuando Comey aseguró que el presidente de Estados Unidos mintió y lo difamó por haberse negado a alterar la investigación del verdadero papel del Kremlin para desprestigiar a la candidata demócrata Hillary Clinton en las elecciones del año pasado; “Trump quería darme línea para que el FBI dejase de investigar las conexiones rusas de su ex asesor en Seguridad Nacional, Michael Flynn (…) a mi juicio, fui despedido por eso”, dijo Comey ante la comisión legislativa y frente a todos quienes detuvieron sus actividades, dentro y fuera de EU, para no perder detalle de la comparecencia del ex funcionario del FBI defenestrado por Trump.
Las acusaciones del ex funcionario contra el “mandamás” de la Casa Blanca son tan serias que podrían dar motivo a que el Senado investigue la probable comisión del delito de obstrucción de la justicia, lo cual podría ser el primer paso para la destitución del mandatario estadunidense; se acentúan las similitudes con el caso Watergate que derribó al presidente Nixon hace 43 años. Todo eso toca responderlo al fiscal especial del caso, Robert Mueller.
Todo mundo ya sabía lo que vendría. Desde la víspera, el diario The New York Times difundió el testimonio filtrado por Comey que finalmente sirvió de base a la comparecencia. Comey, quien conoce bien los escaques del tablero de ajedrez político de Washington hizo su jugada para poner al rey Trump en jaque. Siete páginas revelan recuerdos tan detallados como vívidos de sus tres encuentros personales con Trump y seis conversaciones telefónicas, todo ocurrido entre el 6 de enero, en la Torre Trump, en Nueva York, y el 11 de abril pasado, pasando por una cena privada en el Salón Verde de la Casa Blanca, el 27 de enero.
En el relato ante la Comisión de Inteligencia del Senado estadunidense, el ex director del FBI describe los deseos de Trump de atraerlo a su causa, pedirle que abandonase la investigación contra Michael Flynn por vínculos con el gobierno de Rusia durante la campaña presidencial en EU, o incluso que el mismo Comey exonerase a Flynn públicamente.
“La Administración de Trump decidió difamarme a mí y al FBI diciendo que en la organización reinaba el desorden, que estaba mal dirigida y que no había confianza en su líder. Eso era mentira, pura y simplemente”, afirmo Comey.
“El relato ofrece una mirada única al interior de la Casa Blanca, pero sobre todo revela el choque entre el perturbador y excesivo multimillonario de Nueva York y un funcionario de larga carrera conocido por su integridad y sus valores religiosos”, escribe desde Washington, el periodista Jan Martínez Ahrens, del diario El País.
James Comey está irritado, no por el despido, seis años antes del plazo legal para el cual fue designado, sino por la denostación pública de que ha sido objeto por parte de Trump y sus leales, quienes pretenden fulminarlo no solo al decir que al “fanfarrón ese le falta un tornillo”.
Por cierto, muchos preguntan si se vale que un director del FBI auspicie filtraciones para proteger una investigación, por delicada que sea.
El hecho es que el presidente de Estados Unidos está acosado por James Comey por más que el abogado personal del neoyorkino, Mark Kasowitz, lo desmienta con rudeza al acusar a Comey de haber roto el secreto de las comunicaciones, privilegio presidencial que impide a sus colaboradores hacer públicas las conversaciones en la Casa Blanca.
Las manecillas del reloj no se detienen; ¿marcarán la hora de la verdad?
¿Usted cree que Trump terminará su presidencia?
MONJE JUGUETÓN: Al Rusiagate me lo imagino como una enorme matryoska, esas muñecas de madera laqueada que conforme las abres girando la cintura, esconden en las entrañas otra y otra y muchas más y más muñecas, cada vez más pequeñas; ¿cómo las que Trump perseguía cuando a las noches de Moscú se les iba la mano?
@JoseCardenas1 josecardenas@mac.com www.josecardenas.com