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Inicialmente la intención de Donald Trump de postularse como candidato a la Presidencia de Estados Unidos fue consideraba no por pocos como un despropósito del magnate norteamericano, de hecho se le desconocía una militancia formal en el Partido Republicano, pero se postuló, le llegó al electorado de su país, aunque no así a muchos analistas y observadores de la contienda electoral por la Casa Blanca quienes le vaticinaron una derrota; contendió contra una contrincante políticamente fuerte, tanto que en el voto popular perdió contra ella, pero el sistema de votación por el peso específico de los estados americanos, hizo que se diera la sorpresa.
Durante su campaña arremetió contra casi todo, habló mal de las mujeres, despotricó contra los mexicanos, los inmigrantes, contra Obama, Clinton, la globalización, los negros y homosexuales, hasta contra la empresas norteamericanas que invierten fuera de su país, y no sólo eso sino que amenazó a todos con arremeter acciones en nuestra contra, y una vez en la Casa Blanca empezó a cumplir sus amenazas.
Para muchos su llegada a la Casa Blanca ha representado no sólo una sacudida a los paradigmas políticos, económicos y sociales establecidos, nacionalista, xenofobo, machista, sino una verdadera amenaza al orden mundial e interno en su propio país, por lo que se han originado movimientos ciudadanos de protesta en su contra en varios países incluyendo el suyo; un asunto que se ha tornado preocupante porque puede traducirse en una verdadera inestabilidad mundial y hasta no pocos han pensado que situaciones críticas que podrían derivar en lo peor.
Desde su campaña electoral, su victoria y primeras acciones como Presidente de Estados Unidos ha generado reacciones y opiniones de diversa índole, algunas insólitas como fue la inconcebible invitación de
Enrique Peña Nieto a que viniera a hacer un acto de campaña en pleno Palacio Nacional proyectándolo y dándole trato como si ya fuera Presidente de Estados Unidos.
Ante toda esa vorágine, amenazas y preocupación, en todo el planeta se empezaron a hacer análisis serios de prospectiva para determinar qué es lo que realmente está pasando y puede pasar, actores políticos, académicos, intelectuales, artistas, medios de comunicación, analistas y en círculos gubernamentales, se empezaron hacer planes de acción ante los posibles efectos de las acciones de del aparentemente incapacitado para gobernar de Donald Trump, todo esto se tradujo en horas y horas de análisis, trending topic en redes sociales, ríos de tinta en medios impresos y columnas de opinión sobre el tema, hasta fue nombrado persona non grata.
Donald Trump pasó de ser un tema serio hasta convertirse en tema moda, ahora todos hablan, opinan y utilizan a Donald Trump, hasta convertirlo en pretexto de actos de campaña de aspirantes a la candidatura por la Presidencia de la República de nuestro país para trasladarse a Estados Unidos a reunirse con mexicanos para ofrecerles todo su apoyo, justamente lo que le criticamos a Trump por haber venido hacer actos de campaña con Peña Nieto en Palacio Nacional, eso ya es chunga electoral; hay que ser serios.
Donald Trump no puede acabar siendo sólo moda o pretexto para actos de campaña de aspiraciones presidenciales, es un tema que requiere la máxima seriedad, quienes aspiran a la Presidencia de México y que han ido a Estados Unidos a derrochar solidaridad y sendos discursos de defensa contra Trump en realidad no fueron a defender a los mexicanos en Estados Unidos, fueron a hacer campaña, a utilizar en beneficio personal la sería amenaza que representa Donald Trump para el país y millones de mexicanos, y eso es a todas luces colocar sus aspiraciones personales por encima de las preocupaciones de los mexicanos residentes en aquel país, en lugar de demostrar patriotismo, demuestra chunga electoral.
Existen espacios académicos, intelectuales, gubernamentales, empresariales y sociales en los que se están haciendo análisis y propuestas para redireccionar los distintos esfuerzos nacionales para dar respuesta a esa amenaza llamada Trump, lo que menos hace falta es hacerlo pretexto de campaña, escuchemos opiniones, sumemos voces, construyamos nuevos caminos, pero no hagamos lo mismo que él, hacerlo pretexto de campaña en su propio país, porque quienes lo hagan caen en la incongruencia.