La elección en el Estado de México es especialmente significativa por lo que representa esta entidad en el sistema político mexicano, me refiero a que, hoy por hoy, es la base de la hegemonía priísta a nivel nacional, lo que ahí pase en el priísmo, tendrá su repercusión a nivel nacional, lo que no ocurre con la mayoría de las entidades del país.

El PRI tiene bajas las expectativas de triunfo con la pesada losa de los malos resultados del gobierno de la República que encabeza precisamente un representante del grupo priísta de ese estado, Enrique Peña Nieto, lo que se ha traducido en niveles de aceptación del desempeño presidencial por parte de la ciudadanía de un sólo dígito, lo que coloca a su partido, en un serio riesgo de perder la elección no sólo de la gubernatura, sino de la Presidencia de la República en el 2018.

Para el PAN se presenta una oportunidad que debe ser sopesada seriamente por sus militantes, liderazgos y dirigentes estatales y nacionales, no podemos designar a nuestro candidato o candidata a partir de maniobras que sólo buscan la ruptura o posicionar grupos o intereses internos y ajenos. Ante estas ventanas de oportunidad que apuntan a inaugurar nuevas épocas en la vida política del país, debemos ser muy responsables con el país, con su historia, con el objetivo fundacional del partido de ser instrumento de la ciudadanía.

Es indiscutible que el PAN es el partido de la ciudadanía, desde su fundación es considerado una herramienta de la sociedad, no instrumento de los grupos o personajes que lo dirigen, la responsabilidad histórica del PAN no es construir carreras políticas ni candidatos producto de maniobras desde adentro, la responsabilidad histórica del PAN es cambiar al país, alejarlo de tentaciones mesiánicas y de aspiraciones personales, su responsabilidad es escuchar a la sociedad, sumarse a su sentir y dirección, y en ese sentido poner a sus mejores hombres y mujeres como abanderados de la sociedad.

La responsabilidad histórica del PAN y de sus militantes es poner por encima de sus aspiraciones personales ese sentir de la ciudadanía, para que con los mejores candidatos y candidatas, dirigir el destino del país y sus estados, formar cuadros y las aspiraciones personales de sus militantes son importantes y legítimas, pero no camisas de fuerza para designar candidaturas.

Hace unas semanas el consejo político del partido tomó la decisión de que el o la candidata a gobernador para el Estado de México, saliera de una elección interna, salvo que existiera la posibilidad de una alianza con algún partido, en esa situación quien tomaría la determinación sería el Comité Ejecutivo Nacional.

La alianza era relevante, necesaria y estratégica, por cuanto que se trataba de acabar de sepultar las escasas reservas políticas del PRI rumbo a las presidenciales del 2018, abanderando un proyecto de coincidencias fundamentales, que las hay, como ya ocurrió en Nayarit; sin embargo, esa posibilidad no logró concretarse.

El máximo órgano de decisión del partido lo tiene el Consejo, nadie ni nada puede estar por encima de las decisiones que tome, ni siquiera el mismo Comité Ejecutivo Nacional, en ese sentido puede optar por la decisión de la designación directa en función del sentir de la ciudadanía mexiquense más allá de los mecanismos de designación interna, más allá de judicializar la designación, mejor asumamos el compromiso y la responsabilidad histórica con los mexiquenses de ser su instrumento de cambio.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses