La gimnasia es el arte de desarrollar, fortalecer y dar flexibilidad al cuerpo mediante ejercicios. Es una palabra de origen griego, gymnos, que significa desnudo, porque así es como los atletas realizaban ejercicios. Sus fines pueden ser formativos, estéticos, deportivos o terapéuticos. El filósofo Platón decía que tiene origen natural. El médico Galeno la consideraba un auxiliar de la salud y protectora del estado armónico del cuerpo. Pero antes que los griegos, fueron las cul-turas hindúes y chinas las primeras en cultivarla a fin de lograr el perfeccionamiento espiritual y corporal.
Una de sus principales variantes es la gimnasia artística, que tiene su máxima expresión en los Juegos Olímpicos y en los campeonatos mundiales. La modalidad masculina consiste en seis tipos de ejercicios: saltos de caballo, suelo, caballo con arcos, paralelas, barra fija y pruebas a manos libres. La femenina consta de cuatro: salto de caballo, barra de equilibrio, barras asimétricas y ejercicios a manos libres. Otra variante es la gimnasia rítmica. Su finalidad es alcanzar una destreza motriz concordante con la música. Para ello se utilizan cintas, pelotas, aros y combas. También existe la gimnasia acrobática, que se realiza con aparatos y consiste en rutinas en las que el cuerpo actúa como motor, apoyo o impulsor de otros para realizar saltos, figuras o pirámides humanas. Incluso existe la gimnasia médica o de rehabilitación, que tiene por objeto corregir las malas posturas, el pie plano, las desviaciones de columna, etc., todo bajo la vigilancia de un ortopedista.
Según el doctor Steffan Tolles: “La práctica de la gimnasia genera facultades múltiples. No el rendimiento a toda costa, sino que el hombre mismo es el que debe hallarse en el centro de la ejercitación corporal”. También Walter Kolb, ex presidente de la Federación alemana de gimnasia, ha dicho: “Nuestra fuerza no está ni en lo material ni en la técnica, sino en lo ideal y en lo espiritual”. En el libro Todo sobre los deportes, se lee: “Sin exagerar, estos conceptos significan una verdadera revolución en este deporte. En todas partes se hacen esfuerzos por ir con la época, por dejar de lado los
conceptos superados, por modernizar y ofrecer a la juventud estímulos más poderosos”.
Por eso en su tiempo el filósofo Sócrates dijo: “Ningún ciudadano tiene derecho a ser un simple aficionado en el entrenamiento físico. Qué desgracia es para un hombre crecer sin ver la belleza y fuerza de lo que su cuerpo es capaz”.
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