Nos metemos en asuntos tan intrascendentes en el medio deportivo, que debemos generar pena en el gremio que se dedica a otros temas. Retomamos debates sin importancia tales como tratar de ubicar al auténtico campeonísimo del futbol mexicano a partir de la foto de presentación del América en el año de su centenario.

Los fondos son sustituidos por una superficie hueca. El mote surgió para las Chivas y ahí debe quedarse.

En América lanzaron el reto provocador llamándose el auténtico campeonísimo, dado que ya tiene más títulos de Liga, y ardieron periódicos y programas deportivos. Horas y horas para discutir un tema de absoluta irrelevancia.

Que cada quien se llame a sí mismo como le convenga a sus especialistas en mercadotecnia, que las estadísticas hablan solas.

En cambio, no se discuten, ni analizamos a fondo, las razones por las que empieza a ser notable el número de jugadores que brillaron en las selecciones juveniles y ahora están perdidos.

El universitario Ludueña abrió fuego con los defectos de la formación de futbolistas mexicanos, y nadie fue para documentar y socializar su método para defender a las organizaciones.

El técnico nacional, Juan Carlos Osorio, ya nos previno de la presencia de naturalizados en las próximas convocatorias para que nadie se haga el sorprendido.

Hablan de la reducción de extranjeros, pero no aclaran si esto va o no en detrimento de la calidad del espectáculo. Pasamos del negro al blanco en un semestre.

Arturo González, jugador del Atlas, tiene todas las condiciones y edad, por ejemplo, para estar triunfando en Europa. ¿Por qué no se ha ido? Mientras, hay una numerosa parte de la muestra actual que ya no debería seguir jugando por rendimiento.

¿Y cómo están preparando a los árbitros? ¿Por qué no abren las aulas a los medios? ¿Qué equipos obligan a sus jugadores a terminar cuando menos la preparatoria, para tener mejores personas antes que futbolistas? ¿Quién y por qué es el mejor preparador físico de la Primera División? ¿Qué clubes dan sesiones de nutrición a sus jugadores para potenciar su rendimiento?

No son temas aburridos ni poco comerciales. Es necesario un viraje hacia esas notas en lugar de los escándalos que venden más pero se consumen en horas y nada queda de manera sustantiva de ellos. La verdad, discutir a quien le queda mejor el término “campeonísimo” es una vacilada.

Twitter: Javier_Alarcon_

*En la imagen Daniel Ludueña criticó la forma en la que trabajan los jóvenes

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