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No es novedoso que los directivos del futbol mexicano tengan reacciones desproporcionadas cuando se sienten afectados arbitralmente. La norma es que no haya normas. Las sanciones han sido muy leves, hasta de risa. Y es que, la mayoría no se ven ni se comportan como socios. El interés particular arrolla de manera increíble los enormes beneficios que se traerían a sí mismos los socios de la FMF, de actuar con solidaridad incondicional y atemporal. Cambian de postura según les afecte el tema en particular. Si hoy pido flexibilidad para mover fechas por alguna participación internacional, mañana se la voy a negar al de enfrente. Cualquier directivo que aborde de manera retadora e iracunda a cualquier representante de la FMF, merece una sanción inolvidable. En cualquier Liga seria del mundo, esa imagen del viernes dejaría un tiempo muy largo fuera de funciones al directivo. Por estos rumbos, se acostumbra utilizar el dinero como un sancionador mediático importante, pero la realidad es que lo económico sólo sirve para maquillar la sanción operativa. Se anuncia la inhabilitación por cierto tiempo, aunque el directivo y la FMF se hagan después de la vista gorda sobre la localización del sancionado. Dicen que no puede aparecer en determinadas zonas del estadio, y aparece en otras donde hay lagunas reglamentarias.
El hecho de debilitar a los operadores como Codesal, más allá de que lo estén haciendo bien o mal, deja en ruinas la fortaleza de la organización. Hay que ver el bajo perfil que guardan la mayoría de los propietarios de la NFL o NBA, para dejar en manos del comisionado y su gente las determinaciones operativas que hacen más enriquecedor el espectáculo y las utilidades.
Creer en una organización deportiva y sus componentes, debería ser el don sagrado por excelencia para quienes buscan consumidores. Si el aficionado no cree en la Liga, el deterioro es lento y gradual, pero progresivo. Veremos si la sanción es real o de chocolatito. Y apelando al mínimo de sentido común, que no sienten juntos en ningún estadio los operadores y los directivos del los equipos. Digo, en qué cabeza cabe.
Twitter: @Javier_Alarcon_
