Por varios motivos el agarrón de este sábado en el Azul, entre Cruz Azul y Guadalajara será de alarido. Espero no equivocarme pero hay razones suficientes para que el primer clásico del año explote.

Cruz Azul mostró en Morelia empaque, cercanía entre líneas, buena circulación colectiva, agresividad y solidaridad en la recuperación de la pelota. Todavía no enseñó la dinámica que pretende Boy, no fue tan profundo y falló notablemente en la marca a balón parado. Entre las virtudes y las carencias, me parece que dejó buena impresión una vez que se fortalezca con Guerrón, Crosas y Vázquez cuando estén al cien por ciento.

El juego del sábado debería controlarlo Cruz Azul teniendo más tiempo la pelota y condicionando el ritmo al que pretende jugar en la temporada. Las Chivas tienen a cambio un buen antídoto para responder a la contra: la velocidad en campo abierto que pudiera hacerle daño a la zaga de Cruz Azul si son superados los contenciones enemigos en esos latigazos.

Los celestes deben arriesgar, mientras que para Guadalajara salir con un punto se considerará un buen saldo de la batalla. He ahí el sustento de mi reflexión sobre la gran posibilidad de ver el primer gran juego de la temporada. Las Chivas y Omar Bravo se sienten muy bien en ese estadio. El apoyo estará dividido en la tribuna, si no es que dominará el grito de aliento tapatío.

Los de Tomás tienen que arriesgar y ser autoritarios en casa, Chivas tiene la dinámica y frescura para incrementar la velocidad del juego y pretender ser así dominante. Peña y Pineda, los refuerzos del Guadalajara, encajarán perfecto en esta puesta en escena.

Cruz Azul nada tiene que anteponer como pretexto ante un posible traspié: la pretemporada fue bien aprovechada y le cumplieron a Boy con Guerrón y Aldo Leao, así como con sus peticiones de bajas.

Chivas tiene claras ventajas en la lucha por la permanencia, principalmente sobre Dorados, como para evitar que la angustia se transforme en pánico e inmovilidad. Claro favorito es Cruz Azul, eso suele liberar al Guadalajara y angustiar a los Cementeros. Una gran prueba para ver si más allá del temperamento que pretende transmitir, ya le entendieron en lo táctico a Tomás. Del otro lado, Almeyda puede tantear las inseguridades azules para condicionar los momentos del juego. Si ambos técnicos se olvidan del árbitro, debe ser un juegazo y con varios goles.

Twitter: @Javier_Alarcon_

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