El profesionalismo extendido en el tiempo le alcanza a Rafa Márquez para despedirse triunfalmente en el equipo que lo proyectó. Un jugador único por su técnica individual, liderazgo y pases telemétricos que cruzaron los campos de Europa de lado a lado. Coincidió con una versión grandísima del Barcelona que ha marcado décadas.

Un referente para los libros de estadística del futbol mexicano, gracias a la mentalidad a prueba de balazos mediáticos con la que siempre saltó a la cancha.

Hay algunos episodios oscuros en su carrera en momentos muy importantes en los que perdió la cabeza y dejó al Tri en situación de suma adversidad, la más grave en el Mundial de Corea y Japón en 2002. Ahí no soportó la humillación de que Estados Unidos le quitara a México el anhelado quinto partido, cuando las cuentas alegres minimizaron el potencial del equipo estadounidense.

Pero esos desplantes dolorosos al no controlar su temperamento, son insignificantes frente al compendio de aportaciones monumentales para robustecer el prestigio del futbolista mexicano en el mundo.

No hay duda que puede ser considerado el dos en la historia del futbol en México, sólo detrás de Hugo Sánchez, aunque el Barcelona de Rafa fue más cosmopolita que el Real Madrid de Hugo.

Un maestro del cabeceo de siempre y un cada vez mejor cobrador de tiros libres al pasar de los años, afinaron el prototipo de un jugador completísimo.

De la zaga central al mediocampo, Rafa fue un todo terreno insustituible en el Tri. Un capitán de leyenda que regresa a la querencia, como toro de lidia cansado, a la ganadería de origen después de ser indultado.

Muchos jóvenes en el Atlas deberían sentirse apenados por no poder aspirar a un sitio para evitar su regreso. La propia organización debería preguntarse las razones por las cuales, aún siendo único el eterno 4, no ha generado algunos prospectos, siquiera con la décima parte del talento de Rafa.

Al venerable Márquez, algún dirigente del Atlas lo debió haber contratado como jugador un año y permanentemente como director deportivo. Bien por él, mal por el Atlas su regreso. Me explico, un gusto ver que cierre el ciclo en el equipo de sus amores, pero Atlas no tendría esa necesidad de haber construido reemplazos de cantera como en antaño.

Twitter: @Javier_Alarcon_

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