Cruz Azul y América medirán músculo el próximo sábado en el Azul con realidades contrastantes. América roza la cima del torneo con 4 victorias al hilo; Cruz Azul casi aterriza en el sótano con sólo 6 puntos de 18 posibles.

Llegaron entrenadores muy cuestionados a cada club por los reducidos antecedentes. Pero las diferencias entre ambas organizaciones para hacer espacio a técnicos de bajo perfil, son monumentales. Ambriz llegó al América con una base sólida de jugadores integrados y una inercia ganadora que se gestiona desde las oficinas de Peláez y Romano.

Es decir, llegara quien llegara, lo que se necesitaba era lo que está aplicando Nacho Ambriz: sentido común y humildad; el primero sirve para dar continuidad a lo que funciona, y el segundo para no intentar arreglar lo que no está descompuesto. América no necesitaba de grandes cambios, requería de un técnico de bajo perfil, competente e inteligente emocionalmente. Para saber de qué tamaño es Ambriz, necesitaremos esperar la Liguilla para saber cuánto le aprendió a su maestro Lapuente.

En Cruz Azul, el panorama para Sergio Bueno no se parece en nada a la realidad americanista. Hicieron cirugía mayor de necesidad imperiosa y trajeron refuerzos a granel y aparentemente de buena calidad. Eso requiere tiempos, ensayos, pruebas y errores. En esa búsqueda está Sergio Bueno, contra el tiempo, la presión interna y pública. Tiene el tiempo contado para acertar y la poca probable paciencia de una directiva que debe dudar razonablemente de la decisión de poner a un nuevo entrenador cuando han intentado romper el maleficio de 18 años con decenas.

Ya veo a Bueno con más canas que hace 6 semanas. Y ahí estarán cara a cara el sábado, dos entrenadores cuestionados ácidamente por sus aficiones. Ambriz tratando de resistirse a la tentación por modificar algo de su cosecha, y Bueno por tratar de acertar en la selección táctica y los jugadores adecuados para ganar puntos sin ser tan bipolar. América se parará en el Azul como claro favorito, aunque hombre por hombre no puede presumirle tanto a Cruz Azul en la cara.

América es hoy por hoy mucho más equipo. Con eso suele alcanzar hoy en la Liga MX. Aunque tengas mayores individualidades, el nombre del juego es, en una liga tan pareja, imponer los atributos del conjunto. Así es y ha sido siempre en la mayoría de las ocasiones. La presión es de color azul. Si pierde Sergio Bueno vendrá presión extrema. Si pierde América el sábado, dolerá, pero no estará en riesgo la chamba de Ambriz. Cruz Azul requerirá algo más que inspiración para ganar. América ocupa sólo repetir la fórmula: basarse en la continuidad de principios, orden, jugar práctico y con inteligencia emocional.

Pese a todas las diferencias explicadas, pienso que será pareja y tensa la batalla. Veremos.

Twitter @Javier_Alarcon_

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