La Fiesta de los toros recibe golpes frecuentemente, pero la prohibición antidemocrática y anticonstitucional de las corridas en Coahuila es un golpe bajo porque no se trató de una demanda ciudadana, sino de una revancha política.

No se percibía un deseo real de los coahuilenses de acabar con los toros, sino que se notó claramente la utilización de la tauromaquia para afectar a una persona en particular —a Armando Guadiana— y por ende a toda la afición taurina del estado.

En pocas palabras, se tomó a la Fiesta como rehén. No fue necesariamente una medida representativa del sentir de los coahuilenses. Esa importante decisión recayó en tan solo 21 políticos que votaron el proyecto, sin tomar en cuenta la opinión de los dos millones 700 mil habitantes de la entidad.

Todo comenzó cuando Rubén Moreira, gobernador de Coahuila, envió hace pocas semanas al congreso local una iniciativa para cancelar los festejos taurinos en ese estado, no así los rodeos, ni las carreras de caballos, ni la charrería, ni las peleas de gallos.

Actualmente, el artículo 20 de la Ley de Protección a los Animales exenta de castigos a las corridas de toros, y es que en ellas no se practica el maltrato animal como tal. El toreo no consiste en maltratar al toro, animal al que toreros, ganaderos, apoderados, empresarios, periodistas y aficionados respetamos profundamente.

El actual gobernador quiso marcar distancia, deslindarse de su antecesor, nada menos que su hermano Humberto, quien había apoyado abiertamente el toreo, a tal grado que en 2009 impulsó la realización del Museo de la Cultura Taurina dentro de una antigua casona de la ciudad de Saltillo.

Lo más curioso es que en su momento, el propio mandatario estatal en funciones apoyó publicaciones taurinas, lo cual hace pensar que esta idea abolicionista no era un deseo natural, sino una forma de ir en contra de la labor de su hermano, pero principalmente de su enemigo político Armando Guadiana Tijerina, propietario de la ganadería de El Nuevo Colmenar y empresario de la plaza de toros de Saltillo.

Lo que para Moreira fue normal como parte de las tradiciones culturales mexicanas, ahora le parece una barbarie.

Para no variar, el tema taurino está fuertemente politizado. Es evidente que muchos políticos ni siquiera han analizado a fondo o están convencidos de terminar con las corridas, pero utilizan a la tauromaquia para ganar votos o escalar políticamente.

En este caso de Coahuila, la Fiesta no tenía vela en el entierro, pero la llevaron al baile en medio de una disputa entre políticos.

Para intentar revertir esta situación, los empresarios taurinos coahuilenses presentarán un recurso de amparo. Vamos a ver cuánto tiempo lleva el trámite. Por lo pronto, se han cargado a la Fiesta en el estado donde nació uno de los diestros más importantes de la historia del toreo mexicano y universal, el maestro Fermín Espinosa ‘Armillita’.

Campaña a la vista. La Temporada Grande 2015-2016 arrancará el domingo 25 de octubre en la Monumental Plaza México.

En ella aparecerán los toreros que estuvieron ausentes en el serial anterior, como Julián López ‘El Juli’, Pablo Hermoso de Mendoza y Joselito Adame, además de José Tomás, quien reaparecerá en La México el 31 de enero del año próximo.

Para celebrar los 70 años del coso más grande del mundo se darán tres corridas de aniversario, precisamente el domingo 31 de enero, así como el viernes 5 y el domingo 7 de febrero.

Toros por televisión. Esta tarde a las 16:00 horas en punto transmitiremos a través de Unicable una corrida de toros desde la Monumental Vicente Segura de Pachuca.

Actuarán el rejoneador Andrés Rozo con un toro de Torreón de Cañas, y los matadores Humberto Flores, Leonardo Benítez y Santiago Fausto con seis cuatreños de Huichapan. Ojalá que nos puedan acompañar. En los comentarios me acompañará Rafael Cué.

heribertomurrieta65@gmail.com

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