¿Cuál es el perfil del técnico del América? Debe tener personalidad, de preferencia blasones, capacidad, vigencia y una propuesta acorde a lo que históricamente ha representado el equipo capitalino, en términos de buen futbol y espectacularidad. Quizá Ignacio Ambriz no contaba con alguno de esos atributos, pero también es cierto que existía una suerte de prejuicio discriminatorio por parte de la afición amarilla. Ese factor hasta cierto punto banal, jugó todo el tiempo en contra del ex mundialista mexicano.

Rubén Omar Romano llena los requisitos, por mucho que no haya ganado un título. Ha estado muy cerca de conseguirlo y aunque un penalti no es un albur ni cosa de la suerte, sino que hay que saberlos ejecutar, es una instancia límite que escapa de las manos del entrenador. Lo digo por los cobros fallados cuando dirigía a Santos Laguna en aquel juego definitorio en la cancha de Toluca, que lo marginaron en el último instante de la obtención de un campeonato. Es verdad que su breve paso por el América estuvo plagado de descalabros, pero no olvidemos que su proceso apenas duró un par de meses y fue cortado abruptamente por un cambio de presidente en la institución. Lo malo es que, según las encuestas, no cuenta con la aprobación de la afición emplumada.

Otra opción es el experimentado Carlos Reinoso, personaje icónico del americanismo, presto siempre a regresar a su casa así sea por unos meses, tal como aceptó durante una entrevista que le hicimos el lunes pasado. Carlos hizo un buen trabajo con el Veracruz hasta que el tiburón se desdentó y se hundió en las profundidades del Golfo, lo que precipitó su salida del equipo de Fidel Kuri.

A la lista de candidatos se sumó ayer Ricardo Antonio La Volpe. Reúne los requerimientos arriba enumerados, pero es larga su sequía de títulos y habría que ver qué tan buena relación pudiera llevar con el presidente Ricardo Peláez. Es un gran conocedor del trabajo en cancha y su estilo siempre ha sido proponedor y ofensivo.

Todo parece indicar que Miguel Herrera podría regresar al nido americanista en enero del año entrante. Miguel es un técnico ofensivo, que en su momento se identificó fuertemente con los partidarios de las Águilas y les dio un título milagroso en aquella velada pasada por agua con final de película sobre la empapada grama del Estadio Azteca. Aunque la suerte estuvo de su lado, no podemos soslayar que hizo jugar a su equipo realmente bien. De Coapa se fue a la Selección Nacional, con la que hizo un muy buen papel antes de verse desbordado por su propio temperamento mal encauzado, en medio de un escándalo de tintes muy desagradables.

Si esta especie fuera cierta, ¿qué tanto le conviene a un entrenador de renombre firmar únicamente por tres meses? Llegue quien llegue (a menos que los entrenadores interinos Raúl Rodrigo Lara e Israel Hernández se queden al mando), encontrará un equipo fuerte, dotado de un magnífico plantel y en zona de calificación, que tiene con qué ganar el campeonato. Es, por tanto, una oferta muy apetecible.

El América vive horas de incertidumbre después de la derrota ante el León y el empate con el Necaxa. Increíblemente no supo aprovechar el envión anímico de una remontada histórica y pletórica en coraje ante el Cruz Azul, y ahora mismo se encuentra en un limbo que sólo con victorias contundentes y regularidad podrá abandonar.

heribertomurrieta65@gmail.com

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