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Como el equipo de Canadá era pan comido en su excursión al Estadio Azteca, parte de la atención del desabrido juego del martes pasado se centraba en saber si el público iba a hacer caso a la campaña para evitar el grito de “puto” al portero de la selección visitante o si le valdría “gorro” el llamado al respeto que lanzó la Federación Mexicana de Futbol.
Hace tres décadas se inventó un grito en el futbol americano infantil de Monterrey. “Eeee… ¡pum!”, gritaban los aficionados cada vez que el pateador hacía contacto con el balón. Pero varios años después en Guadalajara, a alguien se le ocurrió la peregrina idea de cambiar el “pum” por “puto” en el momento del despeje del portero del equipo visitante.
Y así se arraigó en todos los estadios mexicanos y hasta en los del extranjero, pues el grito ya se internacionalizó.
Recientemente, la FIFA multó con 395 mil pesos a la Federación Mexicana de Futbol por la pronunciación de ese alarido durante el partido del 13 de noviembre pasado entre México y El Salvador en la cancha del Estadio Azteca.
En México se le llama despectivamente “puto” a un homosexual. Es un término homofóbico y discriminatorio.
Algunos aficionados afirman que la exclamación en los estadios no busca referirse a la homosexualidad, pero es inevitable encontrarle esa connotación.
Basta con ver lo que significa esa palabra en una de sus acepciones en el diccionario. Es verdad que no parece un insulto marcadamente dirigido hacia alguien en particular sino hacia el portero como ente, cualquiera que éste sea, pero seguramente no le ha de caer muy en gracia la susodicha expresión con cierta carga peyorativa.
Decíamos que la Femexfut lanzó una campaña con el objetivo de que el público deje de gritarle “puto” al arquero visitante. Pero el martes pasado, durante el juego ante Canadá, la mayoría de los aficionados hicieron caso omiso al organismo del balompié nacional y gritaron “puto” en repetidas ocasiones, lo que representará una nueva multa a la Federación.
Antes del duelo, el portal de internet mediotiempo.com había realizado una encuesta entre aficionados en las inmediaciones del Azteca para saber si iban a seguir profiriendo el famoso grito o no.
Y las respuestas de los “contreras” fueron de campeonato: “Aún con la restricción [sic], vamos con todo”, “es un grito de guerra” y “no importa lo que nos digan”, entre otras.
Una señora remató diciendo, entre carcajadas, muy divertida ella: “es muy padre [gritar puto]”.
El problema añadido es que la FIFA podría quitarle puntos a la Selección Nacional en su camino al Mundial de Rusia 2018.
Así lo establece el artículo 58, inciso 2, letra B, del Código Disciplinario de la FIFA, que considera castigos que van desde jugar a puerta cerrada hasta sustraer puntos o excluir a un representativo de una competición cuando se presentan situaciones de esa naturaleza.
Es cierto que no hay que escandalizarse ni caer en la mojigatería pero, ¿no puede inventarse algo menos burdo para pasarla bien en las tribunas y de paso evitar sanciones graves para el futbol mexicano?
heribertomurrieta65@gmail.com