Boy tiene con qué descongelar ese témpano de hielo que aparece en la cancha cada 15 días en el estadio Azul.

Se veía venir. Sergio Bueno fue cesado como técnico del Cruz Azul. A pesar de los pasajes de buen futbol de La Máquina a lo largo del torneo, los resultados han sido adversos. Sergio ganó tres de 10 partidos y el equipo Cementero cayó al decimosexto lugar de la tabla. En descargo de Bueno, habría que decir que lo afectaron sobremanera varias ausencias, entre ellas, las del ‘ Maza’ Rodríguez y de Marc Crosas, fracturado en el partido de la fecha 7 ante el América en la cancha del Estadio Azul.

Al momento de dejar caer estas teclas, Tomás Boy suena como el principal candidato para tomar el mando del conjunto cementero, que lleva nada menos que 18 años sin ser campeón de Liga del balompié nacional. Tomás le podría venir bien al Cruz Azul. Es un técnico energético, capaz y personal. Tiene la intensidad que necesita un equipo que lleva años sin pasar de las mediocres medianías. Orgulloso, insolente, desenfadado y con una marcada proclividad para jugar ofensivamente, Tomás, sin duda reúne las características que se necesitan para darle una sacudida fuerte a una escuadra desapasionada, viva imagen de la apatía y la mandanga.

Plantel le sobra al Cruz Azul para que el llamado ‘Jefe’ pueda reconvertirlo en ese cuadro comprometido y ganador que merece su fidelísima afición, cansada de tanto descalabro y de las repetidas eliminaciones a la hora de la verdad. Quedan seis partidos antes de que termine la fase regular de la campaña. Esto quiere decir que Boy tiene parque para lograr la clasificación a la Liguilla. Negociaciones aparte, no hay duda de que Tomás es el técnico ideal para descongelar ese témpano de hielo que salta a la cancha cada 15 días en la Ciudad de los Deportes.

Imperdonable. En el partido del martes pasado ante el Barcelona dentro de la fase de grupos de la Champions, Javier Hernández dejó escapar una oportunidad clarísima de gol que, de haber concretado, hubiera puesto los cartones 2 a 0 a favor de su equipo el Bayer Leverkusen. Al minuto 49, encontrándose solo frente al arquero Ter Stegen, falló increíblemente un disparo que los grandes goleadores por lo menos dirigirían hacia el arco. Atacó el esférico con el pie correcto, pero echó el cuerpo hacia atrás, volando su remate.

‘Chicharito’ es todo pundonor y voluntad, tiene mucho mérito y su cuota goleadora en Europa es muy respetable, pero sigue sin consolidarse técnicamente. No es un delantero que marque grandes diferencias. Cinco minutos después de la pifia, el técnico Schmidt sacó del campo al nieto de Tomás Balcázar en un claro mensaje de repulsa frente al petardo del jalisciense.

Su error garrafal se hizo más evidente cuando el Barcelona remontó el 1-0 en contra y terminó ganando el partido con un golazo de Luis Suárez, éste sí, un goleador de talla mundial.

heribertomurrieta65@gmail.com

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