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Hoy comenzará una serie de cuatro corridas de oportunidad con toreros de parecidas realidades, algunos de ellos auténticamente desesperados, en el ruedo de la Monumental Plaza México. Sin transmisión de televisión, harán el paseíllo Christian Ortega, Juan Luis Silis, Antonio Mendoza y Oliver Godoy, para lidiar un encierro de la ganadería tlaxcalteca de Rancho Seco.
El estoico Silis, que ha tenido la paciencia del santo Job, confirmará al fin su doctorado, y hará lo propio Mendoza, que inexplicablemente se fue diluyendo, después de un inicio muy prometedor como novillero. Este tipo de carteles, con toreros poco vistos, luego resultan interesantes y emocionantes. Uno no sabe qué esperar de diestros tan poco toreados que se colgarán de un clavo ardiente, definiendo su futuro con un solo toro, máximo dos.
¿Qué pasará si no hay ningún triunfador en los primeros cuatro toros?, ¿quiénes van a lidiar los dos últimos? Es ahí donde el jurado nombrado por la empresa debe estar integrado por gente conocedora y sensible, con una amplia capacidad para aquilatar lo que se haga en el ruedo metropolitano. En sus manos podría estar de alguna manera el destino de estos toreros. De ahí la enorme responsabilidad que recae sobre sus hombros.
A propósito de estos festejos complementarios, sería preferible llamar Temporada Grande al conjunto del serial sin intercalar tantas ferias, de aniversario, guadalupana, de la cuaresma, que no parecen necesarias y llegan a confundir al aficionado. Es mejor, más lógico, que la Temporada Grande sea un todo, iniciando en noviembre y terminando en marzo.
Buena noticia. El próximo septiembre regresará la actividad de las corridas de toros a la plaza de La Florecita, en Ciudad Satélite.
José Luis Alatorre y Mario Llano están cerrando la compra de encierros muy bien presentados y la contratación de toreros para el serial que incluirá cuatro festejos con matadores, los sábados a las 12 del día.
La Venta de Romero y Xajay son dos de los hierros que aparecerán en el ruedo pequeño en tamaño, pero grande en importancia, de la coqueta Flor mexiquense.
Incomprensible. “Se abre un antes y un después en el toreo”, dijo Simón Casas en aquellos días previos al anuncio oficial de su llegada como nuevo empresario de la plaza de Las Ventas de Madrid.
Sin embargo, tras analizar los carteles de la próxima Feria de San Isidro, nos encontramos con que dicho parteaguas nomás no llegó. Cabía esperar que, dada su buena relación con José Tomás, anunciase el retorno del maestro de Galapagar al coso titular del mundo, lo cual hubiera sido un trancazo, pero tal acontecimiento taurino y mediático quedó en la imaginaria.
Con esto otro: después de varios años de renovada presencia mexicana, únicamente contrató a dos toreros aztecas, el matador Joselito Adame y el novillero Leo Valadez, dejando con un palmo denarices a diestros jóvenes nacionales que tuvieron más actividad en distintos países en 2016 que varios de los españoles anunciados (32 paseíllos de Diego Silveti contra 9 del albaceteño Rubén Pinar, por ejemplo).
Asimismo, pudo haber cabido un Fermín Rivera, que si bien es un torero que no ha hecho temporadas en España, merecía sin duda una confirmación de alternativa digna dentro del ciclo isidril.
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