El domingo pasado se realizó la quinta edición del programa “Los medios unidos por la Fiesta Brava”, una iniciativa del colega Carlos Flores. Participamos periodistas de Canal Once, Televisa, TV Azteca, El Universal, El Financiero, Radio Fórmula, ABC Radio, W Deportes y Cadena RASA. Fórmula fue la estación piloto, secundada por ABC Radio.

Comenté en ese programa de radio que la tauromaquia atraviesa por un momento complicado. Es más atacada que nunca desde una respetable postura antitaurina, pero también desde la ignorancia, el susto, los dirigentes oportunistas, la absurda humanización de los animales, la hipocresía, el inconcebible odio a los congéneres que se visten de luces, la doble moral y lo políticamente correcto.

Para defender a la Fiesta, a menudo confundida a la ligera con una barbarie, es preciso subrayar que si bien se trata de un espectáculo en el que ciertamente corre la sangre y llega la muerte, no es cruel, no es sádico y no consiste en algo tan despreciable como maltratar a un animal.

Pero no todo lo adverso viene de afuera. Los actores de la Fiesta deben fortalecer su compromiso con la seriedad del espectáculo y con un toro auténtico, para asegurarse un futuro venturoso. Los taurinos hemos dejado muchos cabos sueltos. No nos hemos exigido lo suficiente. En la medida en que la tauromaquia mexicana verdaderamente se profesionalice y adquiera un mayor rigor, estará más fuerte para resistir los recurrentes intentos abolicionistas y los violentos embates que provienen del exterior.

Para colmo, algunas de las ganaderías comerciales más solicitadas por las figuras, han ido restando bravura y carácter al toro de lidia, en busca de un colaborador más noble y pastueño, lo que ha propiciado una pérdida de emoción en el espectáculo.

Asimismo, es urgente mejorar los mecanismos de promoción y lograr una mayor difusión masiva del toreo. Si los varios futbolistas mexicanos que militan en clubes europeos reciben una difusión exagerada, ¿por qué no abrir espacios para dar a conocer las hazañas de los diestros mexicanos que se abren paso con mucho mérito en el intrincado mundo taurino peninsular y que, a diferencia de aquellos, realmente se juegan la vida?

En la emisión de marras, al ahondar en el tema de la actualidad táurica, también hablamos sobre los toreros mexicanos, que tardan demasiado tiempo en consolidarse. ¿Quizá nuestro toro y nuestro medio dan demasiadas concesiones y conceden segundas y terceras y cuartas oportunidades? La preparación temprana en España está acelerando ese proceso de maduración porque el profesionalismo, la dura competencia y las pocas prerrogativas que da el sistema taurino español, obligan a los toreros mexicanos a avisparse, meterse de lleno en su profesión, abrir los sentidos y asimilar rápidamente el toreo, para no rezagarse o quedarse estancados para siempre.

Es así como actualmente tenemos una excelente generación de jóvenes valores mexicanos, todos ellos formados de alguna manera en España, con excepción de Fermín Rivera, que se ha desarrollado totalmente en México.

Para mi gusto, si hubiera que formar una sexteta de los diestros noveles más destacados de la ac tualidad, yo elegiría, junto con Fermín, a Joselito Adame desde luego, Octavio García “El Payo”, Juan Pablo Sánchez, Diego Silveti y Sergio Flores.

El único pero que les pondría es su relativo poder de convocatoria. Una de las características más importantes de las figuras históricas ha sido su imán de taquilla. Con esto otro: no todos, pero la mayoría de ellos, no están sobrados de ese don esplendente, magnético, que es la personalidad.

Reanudación. Esta tarde, con nuevo horario de las 4:30 de la tarde, volverá la Temporada Grande al coso metropolitano con el español Miguel Ángel Perera y los mexicanos Diego Silveti y Juan Pablo Sánchez, ante 6 toros de la ganadería de Montecristo.

heribertomurrieta65@gmail.com

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