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Después de 20 años de ausencia, la ganadería de José Julián Llaguno reapareció ayer en el ruedo de la Monumental Plaza México (encontrarán ustedes en estas páginas la crónica correspondiente).
Don José Julián falleció el 26 de febrero pasado. Fue una pena que este hombre, amante del toro bravo y de la vida, simpático por naturaleza, no haya estado presente ayer en el retorno de su divisa a la capital.
Uno de los grandes triunfos de esta vacada fundada en el año de 1956 se dio el 29 de noviembre de 1992 ante un entradón tumultuoso en el coso metropolitano. Del cartel estaban colgados los nombres de Mariano Ramos, José María Manzanares y Jorge Gutiérrez.
A pesar de que los mal pensados propalaron la leyenda de que Jorge se espantó con la catadura de los ‘josejulianes’, la verdad es que el hidalguense sufrió un fuerte malestar intestinal que le impidió partir plaza. Yo entré a la enfermería y pude ver el gesto de dolor del torero. La combinación quedó en mano a mano del torero-charro de La Viga y el esteta de Alicante. Esa tarde, brilló el poderío lidiador de Ramos para someter a sus encastados enemigos.
La última vez que JJ Llaguno había enviado toros a La México fue el 21 de febrero de 1996. Hicieron el paseíllo Rafael Ortega, Humberto Flores y nada menos que José Tomás, que por entonces tenía 20 años de edad, pues nació en Galapagar el 20 de agosto de 1975.
Lo que vimos ayer en la tercera corrida de la temporada fue sin duda una nueva versión de los emblemáticos toros, siempre bien presentados de este hierro, pues en 1997 el criador zacatecano importó sangre del encaste Domecq. Desde entonces empezó a hacer cruzas, cuyos resultados se vieron ayer en el embudo de la colonia Noche Buena. Sólo dos de los animales que fueron desembarcados en las corraletas de Insurgentes eran cien por ciento mexicanos. Es decir, se rompió la esencia dominante de San Mateo y llegó la sangre española.
En los últimos años, su hijo José Miguel Llaguno Gurza se ha encargado de mantener en alto el nombre de una ganadería de gran prestigio en la cabaña brava nacional.
Exposición. El pasado día 13 se abrió la primera gran exposición del cartel taurino en las instalaciones de la Asociación de Matadores, ahí al lado de la Plaza México. Lentísima ha sido la evolución de la cartelería de toros, apegada a lo tradicional y cerrada a la modernidad. Apenas hace poco tiempo se ha medio abierto a la llegada de nuevas expresiones artísticas.
Aun así, resulta muy interesante visitar la muestra coordinada por Paco Domínguez, de lunes a viernes de 10 a 18 horas y los domingos de 10 de la mañana a cuatro de la tarde.
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