Heriberto Murrieta

Juegos con olor a repelente

05/08/2016 |00:52
Redacción El Universal
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Bellas vistas y curvilíneas formas aparte, saltan a la vista dos cosas aquí en Río de Janeiro: el cambio del paisaje urbano gracias a la terminación de las obras que hace dos años eran montones de vigas sobre pilares de concreto y el total desenfado de los brasileños ante el peligro del zika. Las mangas cortas y los minúsculos bikinis de siempre campean en el abigarrado escenario playero tanto en Copacabana como en Barra de Tijuca, Ipanema y Leblón. Sólo los temerosos fuereños nos untamos compulsivamente repelentes por si las moscas... por si el mosquito. Al verme con mi inseparable botella de plástico de Off, un hombre mayor bien intencionado me dijo en un restaurante: “No es necesario, todo está en la mente”, como descalificando a la prensa y las prevenciones internacionales.

Fenómeno. Ni Bolt ni Phelps. La revista Time puso en su portada a Simone Biles, la extraordinaria gimnasta tejana de 19 años que llega a sus primeros Juegos Olímpicos como tricampeona mundial del all around.

Bajita y musculosa, está llamada a ser la “games changer”. El 10 perfecto que instauró Nadia Comaneci hace 40 años en Montreal 76 ya se suprimió, pero seguramente la gimnasta negra se acercará como ninguna a esa calificación. La revolucionaria Simone inventó una acrobacia que lleva su nombre, el Biles, un doble en plancha con medio giro que veremos en la Arena Oliímpica de Río.

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Pez vela. Ya entrena en esta ciudad el más grande nadador de la historia y máximo ganador de medallas en Juegos Olímpicos, nada menos que 22. Michael Phelps llega con 31 años al final de su brillantísima carrera, después de superar su déficit de atención en la infancia, consumo de alcohol y mariguana y una sentencia de 18 meses de prisión con libertad condicional por conducir en estado inconveniente. No bebe desde el 5 de octubre de 2014 y llega fortísimo y en plenitud a la máxima justa deportiva buscando “remar” más oro, a pesar de que los años no han pasado en balde para la “Bala de Maryland”. Ha perdido velocidad y su tiempo de recuperación entre competencias es ahora más largo, pero vamos a ver de qué es capaz este pez vela inconmensurable.

heribertomurrieta65@gmail.com