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Tuve la oportunidad de entrevistar al presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Decio de María, en las espectaculares instalaciones que tienen en Toluca. Fueron poco más de 45 minutos de charlar de temas pendientes: Juan Carlos Osorio y la oposición natural después de un verano tormentoso, la sed de poder de directivos que usan algunos medios como banderas informativas, el grito de “ehhh puttaaa” que apareció en la liga femenil, los problemas con Hacienda y cómo solucionarlos, la relación con los medios de comunicación y los futbolistas —sobre todo los seleccionados hacen campañas contra éstos porque no les gustan sus críticas—, que la Copa Oro no es negocio como sí lo son los moleros; en fin, muchos temas que aparecieron en el programa Los Protagonistas de Azteca Deportes.
Pero uno de los asuntos centrales del futuro del futbol mexicano es la organización de la Copa del Mundo de 2026: Diez partidos y solamente tres sedes, me contestó Decio en relación a cómo se elegirán las ciudades anfitrionas. La infraestructura hotelera, de comunicaciones y de estadios hace que sean estas tres ciudades, las indicadas para ser parte del Mundial compartido con Estados Unidos y Canadá. No hay más, sin falsas ilusiones a plazas como Puebla, Torreón, Tijuana, Pachuca, que si bien tienen estadios modernos y funcionales, no tendrán cabida para la Copa del Mundo.
Este Mundial sui generis, que aún no es otorgado oficialmente por la FIFA a la sede tripartita, hará que el Estadio Azteca se convierta en lo que ningún otro escenario del mundo del futbol tiene hasta ahora: sede de tres partidos inaugurales de un Mundial (1970, 1986 y 2026), así que cuando se inaugure este torneo, el inmueble tendrá 60 años y cargará con una historia envidiable.
Pero si bien es un hecho histórico difícilmente repetible por otra sede en el mundo, deben entender que pese a que fue remodelado recientemente por los exigencias de la NFL, le falta mucho, pero mucho, para convertirse en un estadio tan funcional, moderno, cómodo y limpio como lo es el de Chivas y el que seguramente existirá en ese momento y que será la casa de los Tigres.
La buena noticia es para los tenedores de palcos y plateas, cuyos títulos de propiedad les amparan a que puedan accesar a un nuevo mundial de futbol sin pagar extra. Pero también es un momento propicio para adquirir, en medida de las posibilidades económicas, propiedades en el estadio, porque siempre hay algo a la venta que puede ser aprovechado ahora y no conforme se acerque el Mundial. Solamente el alquiler de un palco para el partido de Nueva Inglaterra vs. Oakland de la NFL ronda los 250 mil pesos por una sola tarde, así que imaginen lo que será para la inauguración en la que seguramente aparecerá la selección nacional.
@gvlo2008gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx