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Vaya insensibilidad que ha mostrado la Comisión de Arbitraje en las designaciones de este fin de semana. Sobre todo en la de Jorge Antonio Pérez Durán, quien pitará el partido entre el Toluca y el Atlas.
Esto no tendría nada de extraordinario a no ser porque este silbante, en el estadio Nemesio Díez, con estos dos equipos tiene una terrible historia de polémica y desatino.
Es increíble que quien hace las designaciones, ya sea Arturo Brizio o Carlos González Iribarren, hayan cometido la estupidez de poner a este árbitro en el partido entre estos equipos, un par de años después de uno de los capítulos más vergonzosos del arbitraje mexicano... y vaya que hay muchos.
Fue en el Clausura 2015 cuando este silbante marcó un penalti a favor del Atlas por un balón que pegó en el brazo del jugador, entonces defensor mexiquense, Jordan Silva. Hasta ahí todo normal, pero justo cuando Juan Carlos Medina se disponía a ejecutar el castigo, Pérez Durán tomó el balón tras tener comunicación por la diadema y minutos después anuló el cobro, lo que de inmediato desató la polémica.
En aquel entonces, algunas fuentes aseguraron que no había una quinta diadema, por la que el silbante recibió la orden de cambiar su decisión. Luego se supo que en la interna del arbitraje, Pérez Durán aseguró que escuchó algunas voces. Como sea, esa decisión lo marcó como árbitro profesional y se convirtió, si los encargados del arbitraje tuvieran sentido común, en el principal impedimento como para que arbitrara un juego entre estas dos instituciones.
No se trata de que los equipos elijan qué árbitro quieren en sus partidos, mucho menos de que algunos silbantes queden “vetados” para ciertos compromisos, pero lo mínimo que se esperaba con la llegada de Brizio era que se olvidaran de las decisiones sin sentido.
Es como si para el siguiente semestre, en el que las Chivas se medirán a los Tigres en el estadio de Guadalajara, pusieran a Luis Enrique Santander como árbitro central. Hay cosas que no pueden presentarse en el futbol porque pueden trasladarse a otras situaciones que no se necesitan dentro del balompié mexicano.
De igual manera, se esperaba que terminaran con ese liderazgo absurdo, mal enfocado y que hace que árbitros como Roberto García Orozco se mantengan en actividad, cuando continúa mostrando prepotencia y un comportamiento inadecuado ante los futbolistas dentro del terreno de juego.
Será por mala leche o simplemente por incapacidad que toman este tipo de decisiones, que se olvidan de los antecedentes de algunos árbitros con ciertos equipos y en plazas que son complicadas. Al nuevo dirigente de la Comisión de Arbitraje y a su gente cercana se les olvidó lo sucedido con Jorge Pérez Durán en un partido Toluca vs Atlas, hace un par de años. Los dirigentes de los árbitros sufren de Alzheimer.
@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx