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Es claro que la generación que ha venido fracasando en las últimas competencias a nivel de Selección será la encargada de llevar a México al quinto partido de la Copa del Mundo. Los jugadores que estuvieron en la pasada Copa Oro, con excepción de Orbelín Pineda, Luis Reyes, José de Jesús Corona y Jesús Molina, no dieron el ancho.
Por eso, la responsabilidad recaerá en los de siempre, la generación del 0-7 en Santa Clara y el 1-4 en Kazán, así que más vale —por el bien del futbol mexicano— que en la temporada que está por iniciar tengan dos condiciones muy específicas: ser continuamente titulares y desarrollar la exigencia en los partidos de alta competitividad. Para Javier Hernández, quien ganará una cifra exorbitante de dinero, no se ve cercano que destaque en el West Ham, que el año pasado se colocó a media tabla con el mismo entrenador, Slaven Bilic, cuyo estilo es más un juego de choque y poca llegada, lo que no beneficia mucho a Hernández. Si logra de 13 a 15 goles, sería un éxito.
Andrés Guardado también va a otro nivel. Sin duda, la Liga española es mucho más que la holandesa, pero jugar en el Betis no le beneficiará mucho. Es un equipo que está acostumbrado a sufrir, a buscar la permanencia y, sobre todo, con un espíritu gitano que lo ha llevado a ser un sube y baja del futbol de ese país.
Héctor Moreno sí se catapultó. Fue el único de los que están en Europa. Un cambio muy positivo del futbol holandés al gran balompié italiano, que tiene como ADN el arte de defender. Por eso, consciente de lo que es el Calcio, Moreno sí tendrá un año seguramente muy positivo.
Ochoa salió de “Guatemala” para irse a “Guatepeor”. La Liga belga no exige nada, es como jugar en la Major League Soccer o algo peor. No representa ninguna aspiración europea, mucho menos un interés televisivo. Esa Liga no le interesa ni a los de Bélgica. Por eso, después de una buena Copa Confederaciones, volvió a fallar su representante, porque Guillermo no merece —por el nivel que tiene— los equipos en los que juega.
Así que hay más devaluación en el verano para los jugadores en Europa que noticias que agraden. Lo único que realmente se convirtió en atractivo es la cantidad de dinero que ahora va a ganar Hernández.
Es el tema puntual del futbol mexicano, aceptar ser la prostituta de la Concacaf para tener una Copa Oro bianual sin importancia, que lo único que deja es un amargo sabor de boca y una pésima imagen. La FMF tampoco genera los millones que uno se imaginaría por una Copa Oro. Incluso, hay ocasiones en que sale tablas. No es por ahí. Es hacerle el caldo gordo a la Concacaf. Por eso, todo se enfoca a que se quite esa Copa Oro bianual y se haga cada cuatro años, pero —eso sí— van a meter con calzador una Copa América de todo el continente, como la de 2016.
La Selección Mexicana tendrá, con los mismos jugadores, los mismos objetivos el próximo año. No sirvió de maldita la cosa el verano de 2017.
@gvlo2008gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx